Todo el día sobando tías

Siempre que digo que soy masajista profesional las reacciones varían entre las mismas: o me dicen algo como "oye, pues yo tengo un dolor aquí que...", o bien algún comentario relacionado con lo guay y cool que es mi trabajo y lo bien que me lo debo pasar con él. Si es por imagen siempre está bien que la gente tenga un concepto tuyo de tipo afortunado y digno de envidia, digamos sólo un escalón por debajo de 007; pero la verdad es que todos los que conozco que nos dedicamos a esto coincidimos en no entender de dónde demonios se saca la gente esa idea que no tiene nada que ver con la realidad.

No les voy a hablar ahora del tremendo castigo físico ni de las secuelas que esta profesión le deja al que la practica; tampoco de las humillaciones, faltas de educación y locuras que uno se tiene que tragar cuando está tratando con clientes -y encima no puede decir lo que piensa porque al fin y al cabo son tus clientes-; y dejaré de lado también la parte de revolvérsele a uno las tripas. Sólo les contaré algo que me dijo una vez la recepcionista de un spa donde trabajé antes: a ella le gustaba el masaje y tenía la idea de ser masajista algún día, y se había metido en un curso; cuando llevaba una semana con nosotros me dijo que lo había dejado porque -literal- "no soy capaz de tocar lo que tú tocas todos los días". Así es esta profesión.

Pero no les cuento todo esto para quejarme de nada, sino simplemente como introducción a la anécdota que quiero compartir hoy con ustedes. Empiezo por presentarles a mis dos clientes, unas señoras de sobre 70 años que venían juntas a las que por discreción les cambiaré el nombre y llamaremos "señora McLoca" y "señora McGuarra" (nombres completamente aleatorios, por supuesto).

Con la señora McLoca ya había tenido una buena el día anterior: vino a hacerse un Baño de Cleopatra, que consiste en que te untan con una crema hidratante muy rica por todo el cuerpo y te dejan flotando en una especie de cama de agua calentita (el agua está dentro del colchón, se entiende). Muy agradable, vamos. Pues bien: la señora McLoca viene a su tratamiento, le unto con la crema, y cuando la dejo SOBRE el colchón empieza a gritar como una poseída pidiendo auxilio y gritando que no sabe nadar. Yo, que como comprenderán estaba a su lado absolutamente estupefacto -está claro que uno nunca lo ha visto todo-, le digo "pero señora, no tiene usted que nadar ni que hacer nada; ni siquiera se va a mojar, está en una cama nada más"; pero ella siguió con su ataque de pánico unos momentos más hasta que la calmé diciéndole que me quedaría a su lado para ayudarla en caso de que lo necesitara. Así que durante la media hora los veinte minutos que duró el tratamiento estuve sentado en el borde de la cama mirando al techo para que ella no tuviera miedo del Malvado Colchón De Agua Devorador de Viejas.

Bueno, y ahora sí que vamos al grano. Estaba en la recepción del spa esperando a mi siguiente cliente (la señora McGuarra) y andaba por allí un tipo que también trabaja en el hotel; yo preparaba los tickets para los siguientes masajes y demás mientras él me hablaba, y en un determinado momento me dijo: "a mi lo que me hace falta es un trabajo como el tuyo, todo el día sobando tías". Yo le miré levantando una ceja, pero no me dio tiempo a contestarle porque pasó lo siguiente: la señora McGuarra apareció tras la puerta de cristal, la abrió, cuando estaba entrando se quedó un momento quieta con la mirada perdida como si recordara algo (justo delante de donde estábamos mi compañero y yo), levantó un brazo, se olió el sobaco, se cambió el bolso de una a otra mano, levantó el otro brazo, se olió el sobaco otra vez, avanzó dos pasos, nos miró y sonrió diciendo "buenas tardes".

El chico que estaba conmigo se me quedó mirando con la boca abierta (literalmente); pero yo, que ya estoy acostumbrado a estas cosas, le dije en su idioma a la señora que pasara al cuarto de masaje y, antes de entrar tras ella, me volví para decirle a él "te dejo, que tengo una tía que sobar".

7 comentarios:

  1. Anónimo4/27/2010

    A mi me pasa lo mismo como agente de viajes. Tengo que soportar que me digan cada 2x3 que bien que viajas gratis y puedes ir donde quieras. Sí claro, como los demás, pero pagando porque los descuentos que nos hacen son mínimos y tienen que ser fuera de temporada, cuando a lo mejor no te viene bien.
    Dejo atrás las "....polleces" que hay que aguantar de muchos clientes...

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  2. Mi señor Mandelrot, hoy no me lo pinta usted demasiado bien. Situaciones semejantes me producen panico... je je...
    Ayer termine mi curso de Tecnico de Spa. No debo ser mala, me dieron un nueve de nota (me quitaron uno por no pedirle al supuesto cliente, que no era mas que un modelo, que se despojara de un anillo que yo no vi hasta que no llegue a sus manos). No se si algun dia ejercere, o si llegare a trabajar en algun centro de Spa, o si me ganare la vida con esto, pero con la experiencia ya he disfrutado, me siento bien conmigo y me satisface haberlo conseguido y bien.
    Ya le dije en alguna ocasion que, en esto de los masajes, he aprendido mucho de usted, por lo que me siento en la necesidad de agradecerselo. Gracias.
    Supongo que si tu trabajo te gusta y disfrutas con el, son inevitables esos "daños colaterales", no?

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  3. Anónimo: cómo se nota que aquí hay mucha experiencia detrás, ¿eh?

    Maile: esta profesión tiene dos partes, la terapéutica (que para mí es preciosa) y la social... que depende por una parte de en qué sitio estés (no es lo mismo trabajar con pacientes en un hospital que con deportistas y mucho menos con CLIENTES en un hotel o spa) y por otra de cómo sea tu carácter y tu capacidad de aguante.

    Como dice perfectamente Anónimo, esto es exactamente igual en todas las ocupaciones en que tienes que trabajar de cara al público y ese público son tus CLIENTES (es decir, tú comes de lo que ellos pagan y además tienen la capacidad de meterte en problemas si se quejan de ti): como el mundo está lleno de pirados, maleducados y gente en general desagradable, ten por seguro de que todos ésos cada vez que se encuentren contigo van a llevar al límite ese "poder" que tienen sobre ti para poner a prueba tu capacidad de aguante. Y tratar con gentuza no sería tampoco tanto problema, si no fuera porque encima tendrás que hacerlo con una sonrisa... ¿Compensa la gente buena por la mala? Eso es subjetivo.

    Si yo estuviera empezando en esto mi última opción para trabajar sería en un hotel/spa (la primera sería el deporte, más duro pero no tiene comparación porque estás con gente -normalmente- mentalmente sana); pero todo va en tu carácter, hay muchas personas que disfrutan relacionándose con humanos...

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  4. Bueno, por ahora solamente se que quiero trabajar en esto, pero quiero hacer algo diferente. La verdad es que he leido varias cosas que me han dado ideas, pero por ahora y para tomar contacto y confianza, lo hare de manera particular, con camilla plegable y maletin con los avios. Por aqui conseguir trabajo en estos menesteres esta bastante dificil... cosas de la dichosa crisis... pero ya, con el titulo en la mano y unas ganas de "ejercer" tremendas, lo que me anda rondando es ofrecer un "spa a domicilio" ( entiendase... relajante, californiano, faciales y envolturas, ayurveda...) a aquellas personas que por imposibilidad no pueden acceder a los "placeres" de un Spa en un hotel de cinco estrellas.
    Ya tengo una cliente, va en silla de ruedas por problemas oseos. Ha leido que los fangos son buenos y alivian dolores. Yo los tengo y ya ha disfrutado de una sesion y me ha pedido repetir, pero pagandome esta vez. Verla disfrutar y sentirse mejor la primera vez fue suficiente.
    Se que no suena demasiado al glamour que se ve desde fuera cuando se habla de Spa, y que no sera tan agradable como masajear cuerpos bien formados y con cada cosa en su sitio, mas o menos, pero seguro que sera agradable la sensacion de haber hecho feliz a gente que ni puede pagar lo que cuesta un hotel de lujo con Spa, o una envoltura de algas, o que por imposibilidad fisica o de tiempo, no puede disfrutar, por ejemplo, de un Californiano con aromas de lavanda.
    Fijese si estoy decidida que lo proximo sera para mi conseguir un buen juego de piedras volcanicas, de tallado natural, para el Hot Stone. Ojala me quedara mas cerca su tierra. Pero estoy en ello.
    A usted, que deja este mundo por la Filologia, no debe sonarle demasiado... como diria... ummmmm... definitivamente no se como decirlo. Da igual... yo lo voy a intentar... lo voy a conseguir.
    Y me repito... gracias por todo que, ni usted, sabe cuanto ha sido.

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  5. La opción de trabajar a domicilio es la mejor para empezar si no tienes gran urgencia por tener un sueldo; muchísima gente estaría dispuesta a recibir masaje si no fuera por tener que salir de casa e ir a un centro... Tenerlo en casa lo hace muy fácil y cómodo, lo único que necesitas es invertir todo lo que puedas en publicidad (repartir octavillas, por ejemplo, especialmente cuando haya fechas especiales en las que la gente pueda usar el masaje como regalo) y echarle paciencia. ¡Adelante!

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  6. Anónimo5/09/2010

    Hola!!! soy Sara!! jajaja lo que me he reido!! como voy a echar de menos que dejes esto...ejejje ahora quien me va a contar sus batallitas??? jjej me encantan!! por cierto sigo diciendo que deberias escribir un libro!!! jeje un besote!!! y pasatelo bien en las vacaciones!!

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  7. Muchas gracias Sara, yo tengo batallitas para repartir -la mayoría no se pueden contar pero créeme que son superjugosas- aunque supongo que cualquiera que trabaje cara al público tendrá también una lista larguísima... Hoy es mi primer día de vacaciones, seguro que no voy a echar a los clientes de menos :-B

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