La joya animada

Podría pasarme horas diseccionando esta maravilla ¡de 1933!, deteniéndome en cada plano para paladearlo como se merece. Técnicamente en mi opinión es insuperable: la integración sencillamente perfecta entre la acción con sus efectos de sonido y la música, la plasticidad de movimientos (típica de Disney), los detallitos de amor a este arte que hay por todas partes en los personajes y en cada decorado, sobre todo narrativamente las genialidades surrealistas -como cuando el malvado doctor que ha secuestrado a Pluto ¡saca unas tijeras y le corta la sombra por la mitad!-...

Pero es que lo mejor de todo esto no es que cada elemento sea prodigioso: es que lo han conseguido hacer todo tan "smooth", tan fluido y armonioso, que cada aspecto se vuelve invisible para ayudar al conjunto y el espectador al verlo simplemente piensa que es entretenido y le gusta. Me recuerda a una frase de Mozart: "los más entendidos apreciarán la complejidad de la obra, y el público pensará que le suena bien"; es así, las cosas grandes están hechas simplemente para disfrutarlas.


(Visto en el blog de Buenafuente, en el que por cierto hay cosas muy interesantes)

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