El secreto de la felicidad (actualizado)


Cowboy Junkies: Crossroad

Este fin de semana he tenido la visita de un amigo al que hacía tres años que no veía. Aparte de la alegría lógica por encontrarnos de nuevo, haciendo memoria estuve repasando las épocas que pasamos juntos incluyendo una en la que fuimos compañeros de trabajo justo hace diez años: a partir de ahí he estado estos días pensando sobre esa temporada, que recuerdo con la consciencia de que me trajo mucha felicidad.

Y esa reflexión me ha llevado a darme cuenta de algo que me ha dejado asombrado al ser consciente de ello: desde ese período de mi vida hasta hoy no he vuelto a ser realmente feliz.

Es decir, por supuesto he tenido cosas buenas y malas, momentos preciosos y duros; y también en aquella última etapa de felicidad tuve mis días negros como es normal. Pero mi memoria para estas cosas es perfecta y no soy en absoluto una persona que adorne la realidad ni en los recuerdos: paso siempre mucho tiempo analizándolo todo y analizándome a mí mismo, y tengo clarísimo que en los resultados de esos autoanálisis mentales mis conclusiones en aquellos momentos siempre fueron positivas y desde entonces cada uno de los balances me ha ido dando un resultado malo o muy malo según la temporada. Lo que no había hecho hasta ahora, y la verdad es que no sé por qué, había sido ver toda la década como un conjunto; tenía los "resultados parciales" pero es la primera vez que veo que globalmente ésta era la situación. Recuerdo incluso que en el año 2004 se me ocurrió poner calificaciones a cada día en el calendario, de 1 a 10; como soy un tipo tan metódico llegaba la noche y asignaba un número a esa jornada según lo que había vivido y cómo me sentía. A final de año saqué la media: 2'8. Pero aquél no fue un año especialmente malo ni mucho menos: el 2005 y 2009 resultaron muchísimo peores, por poner los dos ejemplos más llamativos que me vienen ahora a la cabeza. En 2004 tuve por ejemplo varios días de 10 (había empezado con una pareja y lo veía todo rosa) y otros de "notas altas", pero eran excepciones muy contadas. No seguí con aquello porque las malas noticias no me ayudaban y tampoco iba a poder hacer nada con cada día que había terminado.

Lo que pasa es que yo no soy para nada un tipo depresivo o blando: los que me conocen saben que estoy acostumbrado a luchar contra todo y a salir adelante por mí mismo pasando por encima de cualquier circunstancia (como también habrán comprobado los amigos que hayan leído "Lo que nadie te dice"), jamás acepto que nadie asuma mis responsabilidades por mí y eso tiene como consecuencia que cuando no tengo más remedio que pedir ayuda es eso lo que quiero, sólo una ayuda, y no que nadie solucione mis problemas.

Pero entonces ¿a qué ha venido una época tan mala? ¿Es que he ido sufriendo una serie de desgracias que me han amargado la vida? Pues no: lo que ha pasado, después de reflexionar mucho sobre ello, es que en su momento tomé decisiones que me llevaron por caminos que me alejaban de la felicidad. En su momento elegí lo que creí mejor, confío en mí mismo y sé que lo hice lo mejor que pude; pero el caso es que ahora, una vez he conocido las consecuencias de esas elecciones, he aprendido de ellas y soy una persona más curtida, veo que me equivoqué.

No es lo único de lo que podría hablarles, pero sólo como un buen ejemplo pondré el del trabajo. En esa última época feliz de mi vida yo trabajaba dos días a la semana y libraba cinco; claro, tenía el dinero justo para sobrevivir sin permitirme ningún lujo y además no contaba con estabilidad laboral a largo plazo (lo cual me preocupaba), pero como he dicho eso no pesaba para mí lo suficiente como para anular las cosas buenas. Como mi profesión se me da bien y tenía mucho éxito tuve una oferta para seguir a tiempo completo en un puesto muy bien pagado: acepté y fue un error, porque ahora me doy cuenta de que este trabajo me disgusta profundamente. Ser masajista es algo fabuloso, pero trabajar en un hotel de cara al público (algunos de ustedes entenderán la diferencia entre un paciente y un cliente) me hace infeliz por razones que ahora no vienen al caso. No es para mí, hoy lo sé. Pero claro: dentro del sector la verdad es que lo que me ofrecían era lo mejor de lo mejor, en un lugar precioso, un ambiente estupendo y un sueldo que podía ser el doble de lo que ganaban otros haciendo exactamente lo mismo en otras empresas... Cuando estaba trabajando a tiempo parcial también era en un hotel, y también me disgustaba tragarme todo tipo de humillaciones, desprecios, mala educación y demás que cualquiera que trabaje en algo así comprenderá perfectamente; pero dos días se pasan en nada y no llegué a pararme a pensar y decirme "es que realmente no puedo soportarlo". Era tomar sólo un sorbo del veneno que te hace sentir mal pero del que te recuperas, vamos.

Si cuando empecé a tiempo completo hubiera hecho unas sencillas cuentas hubiera sido evidente que la felicidad que me quitaba el trabajo era menor que la que me aportaban las cosas que me podía comprar con el dinero que ganaba; yo no tengo miedo de dejar nada, no tomo jamás mis decisiones pensando en no perder lo que tengo sino en ganar lo que quiero... Pero es que no fui consciente de lo que estaba pasando, simplemente iba de un día al siguiente (lo he ido haciendo hasta hoy) levantándome por la mañana con el mejor de los ánimos para luchar por ganarme la jornada. No ví las cosas con perspectiva, no he tenido esta amplitud de miras para darme cuenta de en qué se estaba convirtiendo mi vida hasta ahora que se me ha ocurrido pensar en ello gracias a la visita de mi amigo.

Y esto a pesar de que he vivido a todo tren: me he comprado cosas que prácticamente nadie tenía, he viajado todo lo que se me ha ocurrido (no conozco a nadie más que se fuera cada varias semanas a pasar el finde a hoteles con spa de lujo en cualquier sitio de Europa, por ejemplo), he regalado un montón de dinero no sólo a mi familia sino a otras personas cercanas, y no he gastado más porque no se me ha ocurrido en qué. Y sin embargo, todas esas cosas me daban momentos buenos que no compensaban ni de lejos (2'8) la felicidad que tenía que sacrificar haciendo un trabajo que no me gustaba para conseguirlas.

Pero no sigo con el trabajo porque ya les digo que no es más que una parte de la cuestión y sólo se lo he puesto como ejemplo. El caso es que hace un par de años, sin ser consciente de esto que les estoy contando hoy, empecé a hacer cambios muy profundos y en ocasiones bruscos en mi vida (les he hablado de ellos alguna vez aquí mismo): desde hacer una "fumigación general" en mi vida social, en la que también tengo una buena lista de errores importantes que he pagado caros, hasta últimamente y volviendo al tema laboral decidir dejarlo todo a pesar de que ahora mismo tengo el mejor trabajo que he tenido nunca (pero es que no es lo que quiero) para volver a empezar una nueva vida. Todo esto ha sido por instinto, sin pararme a pensar en "la imagen global" de mi existencia para tenerlo todo claro: estos días veo que sin darme cuenta mi propia frustración vital me estaba haciendo rechazar lo malo y tratar de encontrar lo bueno sin saber realmente por qué.

Ahora que lo tengo claro quizá también me equivoque en mis elecciones y meta la pata constantemente; somos humanos y estamos expuestos a los errores. Pero estoy absolutamente preparado para hacer lo que no hice antes: en cuanto vea que un camino no me lleva hacia donde realmente quiero ir, si soy capaz de ver las cosas con perspectiva y llego a la conclusión de que no soy feliz con la vida que estoy teniendo en ese momento, romperé con lo que haya que romper y no volveré a atrás.

Ya he cerrado las puertas a las personas que por razones personales he decidido que no quiero que sigan en mi vida. No he hablado con mis jefes aún de esto, pero intentaré como sea no tener que volver a trabajar haciendo lo que hago ahora y si temporalmente tengo que recurrir a ello porque no hay otro remedio me recordaré día tras día que tendré que esforzarme al máximo para irme de nuevo; si tengo que trabajar como camarero y tampoco me gusta pues lo dejaré y probaré como fontanero, y si tampoco soy feliz intentaré ser astronauta, y si tampoco tendré que seguir probando pero no puedo volver a cometer el mismo error de nuevo. En el amor también tengo las cosas muy claras, con mi salud, con mi tiempo libre, con mis prioridades materiales, con la distribución de mi tiempo, con la inversión de mi esfuerzo en otros intereses... La lista es larga.

Cada persona es un mundo y cada uno tendrá su propio secreto para ser feliz. Yo he descubierto el mío: la felicidad está ahí esperándome, sólo tengo que ir a por ella usando la brújula de mis propias sensaciones que me irán diciendo cuándo estoy en el buen camino para encontrarla. He tardado diez años en aprender esta lección, espero no olvidarla.

Actualización: dentro de unos meses tengo el examen de acceso a la Escuela de Arte...

16 comentarios:

  1. Pitufo filósofo1/31/2010

    Importante visita entonces Mandelrot. Me parece fundamental que tengas tanto el 'tomar conciencia de' como el 'escoger otro camino'. Como dice el dicho, 'rectificar es de sabios'... pero claro, ¿quién puede rectificar de algo si todavía no es consciente de ello?
    Lo de no repetir ciertas experiencias nunca más yo me lo diría con matices, ya que hay ciertas cosas que puede ser imposible tenerlas sin esas 'manchas'... Por ejemplo, ¿qué porcentaje de la población puede tener un trabajo que le guste, en el que no tenga que soportar las impertinencias de la gente, pero tampoco de su jefe, ni de sus compañeros de trabajo? ¿0,1% quizás? Así que en ese punto supongo que lo más realista será poner una balanza, como hacías en la época del trabajo a tiempo parcial, y ver si te compensa...
    En cualquier caso, me alegro de tu toma de conciencia, ya que nadie más puede darse cuenta de la felicidad subjetiva del otro...

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  2. Anónimo1/31/2010

    Estimado Mandelrot,

    coincido con Pitufo en que probablemente la visista haya sido importante.
    Quizas deberias contactar nuevamente con tu amigo el cual habeis pasado una epoca inolvidable y reestabler ó revivir de alguna manera esa epoca, bien sea laboral ó personal.

    Creo que la Felicidad es como se la plantee uno mismo, es decir, puedes estar en un puente durmiendo con lluvia y solo pan para tú manutención siendo el hombre más feliz del mundo. La sociedad es la que te obliga a tener y consumir cosas, y aunque no quieras...( tienes que pagar el impuesto de...y de... y de...)


    Querido Mandelrot, ole tus (00) y muchisima suerte en tu nueva andadura...

    el cojo del pueblo

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  3. (Me ha salido un comentario muy largo y el sistema no me deja meterlo entero así que va en trozos)

    Por supuesto todo lo que he dicho antes (y lo que voy a decir ahora) es completamente subjetivo, en esto no hay reglas y lo que vale para mí quizá sea completamente opuesto a lo que vale para otro... Dicho esto, vamos por partes. Empiezo por Pitufo:

    No quería centrarme mucho en lo del trabajo porque en realidad como he dicho es sólo una parte de la cuestión, que abarca mucho más a lo largo de muy distintos aspectos de mi vida; pero ya que seguimos con el ejemplo, aunque tienes toda la razón en que mucha gente echa pestes de su trabajo (por eso es un trabajo, si no fuera porque te pagan no lo harías) una cosa es que tenga cosas buenas y cosas malas y cuando las pones en la balanza dices "vale, esto y aquello me fastidia pero me compensa por lo otro y lo de más allá" y otra que realmente lo que te da sea menos de lo que te quita. En términos de felicidad, quiero decir, porque el dinero o el prestigio o lo que sea en realidad no son más que una moneda de cambio para acercarte a una vida lo más feliz posible. Si en tu vida tienes un elemento X (tu trabajo, un amigo, tu pareja, tu familia, tu blog, lo que sea) y llegas a la conclusión de que lo que tienes que invertir es más de lo que luego te aporta, no hace falta ser un genio para darse cuenta de que estás haciendo un mal negocio y de que cada día que sigas en él perderás un poquito más. Al menos en mi caso es así, repito.

    A mí que la mayoría de la gente tenga problemas a los que no sea capaz de enfrentarse y superarlos me da igual: cada uno verá lo que quiere, lo que le cuesta y si le compensa arriesgar o directamente perder cosas para luchar por otras que le parezcan más importantes... Y si resulta que el 99'9% vive frustrada y no es capaz de echarle un par de (00) como dice El Cojo del Pueblo -me he tenido que soltar una carcajada con la expresión, qué bueno y qué gráfico- pues cada uno se merecerá lo que le toque. Yo quiero merecerme algo mejor de lo que tengo, y si eso me cuesta dejar muchísimas cosas muy valiosas pues no me importa arriesgarlo todo porque creo que el premio al que puedo optar vale más y me compensa el riesgo aun cuando luego no lo consiga. Las decisiones son buenas o malas en el momento de tomarlas, si luego resulta que por otros factores el resultado no es que razonablemente se podía esperar pues qué se le va a hacer, no somos adivinos y es fácil ver las cosas después pero hay que estar en la situación.

    (Sigue)

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  4. Por otra parte, si tienes ese elemento X que vamos a aplicar al trabajo para volver al ejemplo... Si tienes un trabajo que te das cuenta de que no sólo no te llena sino que te aleja de la felicidad quitándote un poquito en el cómputo global de cada día, y no haces nada por cambiar las cosas, no te podrás quejar el día que te mueras de que habrás llevado una vida infeliz: vale que tú hagas todo lo que puedas y luego el azar o la vida o el mundo exterior te traiga acontecimientos desgraciados que te amarguen (oye, esas cosas pasan, qué le vamos a hacer); pero una cosa es eso y otra que seas tú mismo el que se eche piedras en la mochila y encima se ponga a caminar en dirección contraria a lo que quiere sabiendo perfectamente que es así. Ah, ¿que lo haces porque resulta que no te quieres arriesgar a perder las cosas que -en apariencia- quieres? Pues es tu responsabilidad y es tu decisión, luego no te quejes de lo que salga. Yo cometí ese error hace diez años: dinero, viajes, una supertele, una supermoto... 2'8.

    Si un día me doy cuenta de que mi trabajo como masajista en un hotel me hace infeliz, literalmente me resta felicidad día tras día, TENGO QUE cambiar. Si me paso a otra cosa y resulta que eso también me hace infeliz pues tendré que irme de nuevo, y otra vez, y otra... Tendré que seguir intentando encontrar el camino que me haga feliz hasta que lo encuentre, y si lo intento con todas mis fuerzas exprimiendo todas las posibilidades que se me presenten y aún así no consigo esa realización personal -laboral- pues podré decir que no ha sido culpa mía, yo he hecho todo lo que podía y no fue suficiente. Pero ¿cómo me voy a quedar en un sitio que NO es lo que quiero? Si por vagancia, o por miedo a arriesgar, o por lo que sea, me conformo y no sigo buscando, podré quejarme de que yo no hice todo lo que pude... Pero no tendré derecho a lamentarme porque la vida me ha tratado mal sin aceptar mi responsabilidad.

    Vamos a dejar lo del trabajo porque el mismo modelo se aplica a todo. Esto es como quien está harto de su pareja pero no la deja: si valoras lo positivo y lo negativo y decides seguir con ella pues adelante, pero es TU decisión. Pero luego no te quejes de que "has tenido mala suerte en el amor", "las cosas no te han salido bien", "es que mi pareja blablablá"... No, acepta que el responsable de tu vida has sido tú y eso ha tenido unas consecuencias. ¿Te equivocaste? Pues el primer paso para corregirlo es darse cuenta, y si aún así decides seguir como estabas pues tú mismo. Ni el destino, ni la suerte, ni "las cosas"... Sólo tú.

    Como yo no estoy esperando a que venga el destino o la suerte a rescatarme, en el trabajo o en la pareja o en cualquier otro ejemplo que se nos ocurra si tengo que cambiar mil veces pues cambiaré, y si son dos mil pues las que sean. No voy a tomar mis decisiones por miedo ni por vagancia ni por no querer arriesgarme a perder... Porque si juego a no perder lo más que conseguiré será eso, no perder. Y yo quiero ganar, quiero al menos ganarme la posibilidad de ser feliz. Y si luego no lo consigo qué le vamos a hacer, me quejaré en mi lecho de muerte de que "las cosas" no me han ido bien.

    (Sigue)

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  5. (Éste es el último trozo)

    Cojo: coincido al 100% contigo en lo de que uno nunca sabe qué es lo que le va a hacer feliz y puede ser vivir debajo de un puente como cualquier otra cosa; si fuera cierto que sólo el dinero hace la felicidad no habría ricos y famosos que se deprimen o se suicidan, y yo en esta última década no habría tenido que puntuar nunca un 2'8 mi felicidad personal porque he tenido de todo tanto en lo material, como en relaciones, como en salud, en prestigio en mi sector laboral... Mi vida ha sido "teóricamente perfecta", vamos.

    En cuanto a lo de mi amigo, yo no creo en "revivir" nada del pasado porque ni él es el que fue hace diez años ni yo tampoco: a lo mejor yo no puedo darle lo que le daba hace diez años ni él tampoco a mí, y aunque fuera así tampoco seguramente nos satisfarán las mismas cosas que cuando éramos más jóvenes. Vamos, estoy hablando como si ya no fuéramos amigos... Lo hemos pasado muy bien juntos y nos veremos de nuevo cuando podamos porque ambos estamos ocupados con lo nuestro. En cualquier caso yo vivo las relaciones al día: ni me caen bien todas las personas que eran mis amigos por ejemplo cuando era niño, ni doy por hecho que todos las personas a las que quiero hoy seguirán estando en mi lista afectiva dentro de x años. Todo el mundo evoluciona y quizá nuestros caminos nos separen, ya no tengamos en común las cosas que antes teníamos... O quizá aparezcan otras nuevas, quién sabe; si la vida nos une será porque hay cosas que queremos seguir compartiendo, y si en algún momento nos separa no será porque nadie nos obligue sino porque por las razones que sean seremos nosotros los que hayamos decidido no seguir juntos. Si hay algo bueno en haber perdido tantas cosas en la vida es que llega un momento en que te lo tomas todo con tranquilidad y ya no tienes miedo a seguir perdiendo... :-D

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  6. Pitufo filósofo1/31/2010

    Mandelrot, o no me he expresado bien o no me has entendido el quiz que quería transmitir. Lo del 99,9% no lo decía por aquello de consolarse... De hecho, es obvio que 'mal de muchos consuelo de tontos'. Obviamente estoy de acuerdo (y te animo) en que si las condiciones son tan malas actualmente habrá que buscar un cambio. A lo que me refería es que es posible que nunca encuentres un trabajo en el que no existan esos elementos desagradables, y que si no toleraras que se produjeran en absoluto podrías hacer un peregrinaje en tu vida de trabajo en trabajo sin conseguir nunca ese ideal, por cuestión probabilística... porque es absolutamente inusual un trabajo así. A eso me refería. Cambios cuando uno está sobrepasado: genial. Ahora, en adelante siempre habrá que poner una balanza, y ver si lo negativo es algo razonable, en el sentido de que buscara algo sin esos inconvenientes sea imposible. Es como cuando uno tiene una pareja. Inevitablemente tienes que aceptar sus defectos... siempre que no te supongan una desgracia insalvable en tu vida, claro.

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  7. Tienes razón Pitufo, no te había entendido; estoy totalmente de acuerdo contigo, por eso decía antes que una cosa es que tu trabajo (o tu pareja, o lo que sea) no sean perfectos pero que el balance sea positivo y otra que realmente ese elemento de la vida te aleje de tu realización personal. Siempre tratamos de mejorar en lo posible, pero tampoco vale la pena quemarse porque no encontramos una perfección cuando el problema quizá sea que no existe...

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  8. Anónimo2/01/2010

    Hola chicos...
    Soy Alex, el amigo que visitó a Mandelrot el anterior fin de semana...
    Bueno,Bueno, menudo debate, no!!!

    Creo que todos tenéis muchísima razón, aunque lo del cojo del pueblo es insuperable...ya sabéis lo de los 2 (00).
    En cualquier caso, creo que la felicidad plena no existe, es decir, no podemos vivir en un limbo permanente, la felicidad es un estado paulatino y discontinuo, aunque tengamos todo lo que nos haga felices... eso incluye la parte espiritual, como no tener nada y ser feliz.
    Desde aquí animo a Mandelrot a que sea feliz con sus crisis,soledades, virtudes, amigos, enemigos, empleo, desempleo, Pc, Mac, bueno si es posible que sea Mac, pero sobre todo que disfrute de la felicidad cuando toque.
    Tal como dice Mandelrot, no ha sido feliz durante mucho tiempo y entonces es una razón buenissima para cambiar, siempre que el quiera cambiar todo irá bien...
    Haciendo referencia a nuestra antigua etapa juntos, os diré que yo también disfrute mucho de la misma añorandola multitud de veces.

    También aprovecho la ocasión para pedir disculpas a mi amigo Mandelrot por haber desaparecido a lo largo de 3 años, pero lo bueno entre nosotros es que puede pasar el doble y el triple de años que siempre que nos veamos seremos amigos,compañeros y colegas respetuosos el uno con el otro.

    Un abrazo para todos...

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  9. Sí, la conversación está animada (¡me encanta!)... Oye Alex, no hay nada que disculpar; se ve que no lees mucho este blog o que no me conoces tanto como yo pensaba, porque soy absolutamente partidario del derecho de cada uno a desaparecer cuando le dé la gana sin dar explicaciones (entre otras cosas porque yo también me considero con todo el derecho del mundo a hacerlo si me da la gana). Ni me molesta lo más mínimo ni me parece en absoluto nada censurable, yo no vivo del pasado (tampoco en las relaciones) y simplemente cuento cada día que nos veamos como si los demás no existieran y parto de cero...

    Dicho esto, esto de que "la felicidad es un estado paulatino y discontinuo" es un concepto muy interesante; lo que vale hace diez años -por ejemplo- quizá no valiera hoy, porque nosotros no somos las mismas personas que entonces. Según vayamos evolucionando tendremos que buscar ese estado según se vayan transformando nuestras necesidades...

    Y por cierto Cojo, tu aportación de los (00) se ve que ha calado... ;-B

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  10. Dios mio¡¡¡ pensaba que era única en mi forma de ser y de pensar , pero joer voy a empezar a pensar que hay clones de la personalidad.

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  11. Es que yo creo que al final todo el mundo es más parecido a los demás de lo que cree...

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  12. Anónimo2/01/2010

    Querido Mandelrot,
    si que te conozco y si que leo este blog, lo que pasa es que he querido disculparme en él para quedar bien con los ciberamigos...:-)

    Ole, Ole y Ole el cojo del pueblo.

    Alex.

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  13. Sí, sé que me conoces aunque no hayas visto la broma :-p

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  14. Anónimo4/27/2010

    Oh DIOs mio yo te amo, se que el que tiene a dios y tiene trabajo es feliz ya que de alli salen los sustentos economicos para poder salir adelante. yo me encuentro sin trabajo fijo tengo esa preocupacion de que ya me ha llegado la edad y no se consigue facilmente dios me ayuda ya ue tiene una mision para mi y yo quiero servirle amen bendiciones para mis hijos pa ma hermana sobrinos esposa cuñado amen

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  15. :) Me ha encantado el post y los comentarios. Podria hacer muchos idem sobre todo pero aun tengo la cabeza dando vueltas como un molino ante tanta idea, jaja.

    Impagable la frase: "Si hay algo bueno en haber perdido tantas cosas en la vida es que llega un momento en que te lo tomas todo con tranquilidad y ya no tienes miedo a seguir perdiendo... :-D"

    Un besote desde el sur

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  16. Han pasado años desde que publiqué esto, ahora tengo otras circunstancias y las cosas me han cambiado mucho en la vida; pero hay lecciones que siempre quedan y uno no olvida...

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