Hace bastantes años acompañé a una amiga a un bingo y estuvimos allí dos "manos", o como se diga eso -nunca he apostado a nada ni he vuelto a ir a un sitio de estos-; ella jugó (y perdió, claro) y yo me limité a mirar, y por cierto que aprendí mucho en el rato que duró la experiencia. Me pareció un lugar tremendamente triste y sórdido, y ver a la gente con sus supersticiones y manías obsesivas, los nervios a flor de piel y e incluso la agresividad que les salía a algunos (que se desvanecía instantáneamente para el que ganaba algo, que se transformaba en otra persona como si pasara de Hyde a Jeckyll) fue realmente una situación impactante que por otra parte no tengo ningún interés en volver a repetir por el regusto amargo que me dejó aquel mal ambiente.
Este documental sobre el juego en la ciudad de Las Vegas lo había visto ya hace años y ahora me ha parecido de nuevo muy interesante; les recomiendo tomarse un rato libre para verlo también, tiene muchas cosas que dan que pensar...