Las dos reglas de oro para ligar

Hace mucho tiempo tenía un colega (feo, con barriga y pobre) que era un ligón espectacular y yo no me lo podía explicar. Un día estábamos hablando y yo le contaba que había una chica que me encantaba, estaba seguro de que yo le gustaba a ella, se me había presentado una situación estupenda y aún así las cosas me habían salido mal. Mi colega me escuchaba tranquilamente, y cuando le terminé de explicar la situación empezó a hablar.

"Mira, te voy decir lo que me dijo mi tío cuando yo era un chaval. A mí me cambió la vida desde entonces hasta hoy, y ahora parece que me toca a mí ayudarte a ti". Y déjenme decirles algo: tenía razón. Mi vida cambió desde ese mismo día, y lo digo literalmente porque al día siguiente de esta conversación empecé de nuevo con la misma chica que antes se me había escapado y esta vez la clavé sin la más remota posibilidad de fallar. Y hasta hoy.

Estas reglas que tienen a continuación no hacen magia: lo que es imposible es imposible, y no lo van a conseguir. Pero lo que sí sea posible, aunque la posibilidad sea súper baja y le parezca tan difícil que lo vean perdido, si ustedes se atienen a lo que van a ver aquí lo van a hacer. Cuando lo prueben y les salga mal pregúntense "¿en qué punto rompí las reglas?", porque les digo al 100% que la única posibilidad de que esto no funcione es que ustedes se equivoquen. Si se pegan a las reglas y no se desvían ligan seguro.


Regla 1: no le des la oportunidad de decir "no"

Resumen rápido: si te dice que no es porque la pusiste en una situación en la que tuvo la posibilidad de decírtelo.

Ni que decir tiene que declararse o hablar las cosas explícitamente es la forma más rápida de romper las reglas y por tanto fallar. Si quieres declararte, decirle que la amas o lo que se te ocurra, lo haces cuando ya los dos estén en la cama abrazaditos después del sexo disfrutando del momento y no antes. ¿Sabes cuando alguien en una pareja te dice "nunca pensé que acabaríamos juntos y mira ahora"? Pues eso. Tú eres como esos vendedores estrella que cuando te das cuenta te han vendido una aspiradora y no llegas explicarte ni cómo coño ha ocurrido... Pero no te paras a pensarlo hasta que ya tienes la aspiradora en casa. Si en algún momento ella te dice "no" es porque durante el proceso de venta ha habido un momento en que ha podido pensarlo y decírtelo.

Subregla a: si dejas ver tus intenciones estás rompiendo la regla 1. Por supuesto hablamos de esos casos en los que tú quieres ligarte a una mujer que no está pensando en ello ya o que no da muestras de quererlo también; si está claro que ella busca lo mismo que tú lo único que necesitas es no exponerla a la vergüenza de hacerlo explícito, y mientras no la cagues ya está. Pero cuando no es así, lo que quieres es ir avanzando en el juego de la seducción sin que ella siquiera se pare a pensar y a darse cuenta de que está jugando también.

Subregla b: si te pasas de rápido estás rompiendo la regla 1. Cada paso es la extensión natural del paso anterior y tienes que ir subiendo escaloncito a escaloncito: por ejemplo, no puedes de repente y sin venir a cuento tomarla de la mano sin más. Si eso llega primero tienes que haber empezado por contactos más discretos y justificados socialmente por la situación (ejemplo: rozarle el hombro cortésmente cuando la dejas pasar primero) y con suavidad y naturalidad luego tú vas subiendo los escaloncitos de manera que no haya contrastes tan altos entre uno y otro que hagan que ella se pare a pensar.

Hay mil formas de romper la regla 1, pero básicamente: si ella te para los pies diciéndote que no, pregúntate dónde fallaste y rompiste la regla 1 porque si ella te lo dijo es simplemente porque eso fue posible. Y tu trabajo era que nunca lo fuera.



Regla 2: lo que no hagas tú ella no lo va a hacer

Resumen rápido: tú avanzas, tú das todos los pasos (porque son los pasos que tú decides según lo que convenga a tus planes), y no esperes que ella dé ninguno.

Hay dos razones por las que tú tienes que tomar la iniciativa para todo: primero, simplemente porque ella no lo va a hacer; y segundo, porque suponiendo que lo hiciera muy probablemente no sería como te conviene a ti, cuando te conviene a ti, y en la dirección en que te conviene a ti. Y si tomas una iniciativa y ella te rechaza, rompiste la regla 1.

Subregla a: tú rompes la barrera del contacto. Ya antes he mencionado esto, y creo que en este punto no hace falta explicar más.

Subregla b: tus iniciativas van hacia donde te interesa a ti (para eso las tomas), y no puedes dejar que la situación te lleve a un lugar desfavorable. Esto se ve mucho por ejemplo cuando quieres hablar con una chica y la conversación lleva a temas técnicos o intelectuales que son muy interesantes para aprobar exámenes pero que a ti te alejan del ambiente de llevártela a la cama. Pero hay muchísimas posibilidades de este tipo: otro ejemplo, cuando quieres quedar con ella y al llegar te encuentras que se ha traído a otra amiga. Si lo ha hecho porque se ha dado cuenta de tus intenciones y esta es una forma de escapar de tu éxito, no solo has roto la regla 2 sino también la 1. Las iniciativas deben ser SOLO tuyas, y de la manera que todo conduzca al resultado del éxito final.

Las reglas terminan aquí, pero quiero acabar recordando lo fundamental: estas reglas no hacen milagros. Si la chica no quiere, no quiere. Si las posibilidades son cero, no hay magia que supere eso. Esto sirve para cuando las posibilidades no son cero, y tu éxito depende de hacer las cosas de manera perfecta. Esto que he descrito es justamente eso.



Un ejemplo práctico: "las llaves de mi hermano"
He elegido este ejemplo porque está sacado de una situación real:

Es de noche y estás llevando a tu objetivo a algún sitio en tu coche (o tú vas en el suyo, es igual). Suena tu teléfono y lo miras como si tuvieras un mensaje; pones cara de contrariedad.

"Mira, me da un poco de vergüenza pedirte esto pero necesito un favor; es cuestión solo de un par de minutos, pero si no lo hago voy a meter a mi hermano en un problema. Ahora, si no te parece bien seguimos y que se las arregle él como pueda".

Reacción natural (escalón 1): "no, bueno, dime qué pasa".

Le cuentas que tienes las llaves de la casa de tu hermano, que él viene de viaje y las necesita para entrar, y que no esperabas que viniera ya pero que acabas de recibir su mensaje y las va a necesitar; él las puede venir a buscar a donde tú estés, pero tienes que llevarlas encima. Las tienes en tu casa que no está muy lejos, pero tienes que subir un momento a buscarlas para tenerlas contigo porque si no se quedará en la calle. Por supuesto todo esto tiene que ser como si te causara una molestia tener que molestar a tu objetivo con todo esto...

Reacción natural (escalón 2): "ok, tampoco pasa nada, vamos un momento y las recoges".

Cuando llegan le dices con naturalidad "vamos". Ella puede decir "yo espero aquí", pero ahí entra el argumento socialmente válido para seguir avanzando: la zona es insegura para que ella se quede sola, no sabes cuánto vas a tardar en encontrar las llaves, etc. Y según la argumentación, "mira, yo aquí no te voy a dejar sola en medio de la calle a estas horas. No pasa nada, le digo a mi hermano que duerma en el coche que tampoco se va a morir por una noche". Lo de menos aquí son las palabras o las ideas concretas, y lo importante es entender cómo vamos llevando las cosas de cada paso al siguiente.

Por supuesto y como he repetido ya, si la chica de verdad no quiere y el ligue es imposible simplemente no va a ocurrir da igual lo mucho que lo intentes y lo bien que hagas las cosas. Pero creo que está claro que, entre decirle en frío a una mujer que conoces "¿vienes esta noche a mi casa conmigo?" o hacerlo de esta forma que acabo de explicar en el ejemplo, tus probabilidades de éxito siguiendo las reglas son incomparablemente mejores. En mi caso concreto yo pasé en un solo día de casi cero a casi "pro", pero cada uno hará sus pruebas y sacará sus conclusiones.