Un tipo duro

Me ENCANTAN las montañas rusas. Las que hay donde yo vivo no valen la pena, pero alguna vez viajando por ahí he podido aprovechar para probar alguna de primera división y (aparte de sacarme los pulmones por la boca) lo he pasado de maravilla... Tienes la emoción y la descarga de adrenalina de los deportes de riesgo pero en un entorno -teóricamente- seguro, así que aparte del susto del momento sabes que cuando acabes saldrás de allí relajado como después de dos semanas de vacaciones.

Una cosa que siempre me ha llamado la atención es la de los estereotipos de personas que se suben a estas atracciones: como normalmente tienes que esperar un rato en la cola, y yo siempre tengo puesto el "modo radar", no puedes evitar observar a la gente alrededor. Tienes al crío emocionado con la madre que tiene cara de "quién me habrá mandado a mí a tener hijos", al grupo de adolescentes macho-gritones (si hay alguna chica con ellos aún más, claro), y entre otros ejemplos siempre hay alguno del tipo "a mí esto se me hace pequeño"... El vídeo no tiene sonido pero seguro que se lo van a imaginar bastante bien:


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