Como si fueran discos de vinilo, el artista
Bartholomäus Traubeck cogió unas "lonchas" de árboles cortados y los puso en un tocadiscos sustituyendo la aguja por una cámara con un software que convertía las formas de la madera en sonidos. Este es el inquietante e hipnótico resultado:
Link para ver el vídeo
(Vía
Papel Contínuo)
cubra los huecos con notas imaginadas y obtendrá una muy hemosa melodia.
ResponderEliminarYo esperaba que saliera algo caótico, pero sorprendentemente el resultado tiene cierta armonía; ¿podríamos llamarla "natural"?
ResponderEliminarPuede parecernos "la Naturaleza" caótica en muchas ocasiones. Los anillos de los árboles nos cuentan su "vida", y ¿Qué vida no es caótica en algún momento?
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