"Tú hazte valer"


(Fuente: El Listo)

Hace unos días se me ocurrió la idea de escribir esta entrada, cuando estaba hablando con una persona que conozco (hombre) que hacía tiempo me había contado que había conocido a una chica con la que parecía haber "un principio de algo". Durante la conversación le pregunté si había seguido viéndola y qué tal iba la cosa, y me contó lo que voy a compartir con ustedes a continuación; esto encendió una chispa en mi cabeza que me hizo pensar en publicar algo sobre el asunto, porque automáticamente lo relacioné con otros setecientosmil ejemplos similares y creo que es un tema sobre el que mucha gente tiene un problema. Les contaré lo que me contó esta persona, luego unos pocos casos algo relacionados que me han pasado a mí -podría escribir hasta deshacerme los dedos de tanto teclear si empiezo con todos los que conozco, míos o de otros-, y acabaré con la conclusión que en realidad es lo que les quiero transmitir.

La respuesta de mi interlocutor sobre su inicio de "algo" fue que había decidido mandar a la mierda no continuar viendo a su amiga. Por resumir el hilo de los hechos, ya el día en que se conocieron se habían besado; después de eso él la había invitado a salir varias veces, ella había aceptado, las cosas parecían ir -mutuamente- fluidas, pero siempre que la situación se ponía más íntima y él intentaba un simple beso ella le apartaba además con comentarios extremadamente desagradables. Lo cual no quitaba para que ella siguiera saliendo con él, por supuesto: "el show debe continuar".

Yo nunca he intentado ocultar que tengo un carácter muy malo, no aguanto ni el más mínimo rollo de nadie y a la primera cosa que me toca las narices de cualquiera (y cuando digo "cualquiera" quiero decir "sea quien sea") le doy la patada con una facilidad asombrosa y sigo con mi vida sin mirar atrás aunque se hunda el mundo o sufran otros. Pero en fin, afortunadamente en el mundo hay personas más tolerantes que yo y la persona que me contaba este caso es una de ellas: como era evidente que la chica seguía saliendo con él por algo y simplemente se estaba haciendo de rogar, pues él le había dado cierto margen. Por cierto, recuerden este detalle porque al final volveré a él.

Ya la gota que había colmado el vaso fue la última vez que se habían visto: ella había venido a cenar a su casa, en un determinado momento y con la temperatura subida habían comenzado a besarse apasionadamente... Y después de unos momentos ella le había apartado muy teatralmente diciendo: "esto es una locura".

Llegados a este punto de la narración yo solté una carcajada y después sacando mi móvil le dije: "espera, espera, repíteme las palabras exactas porque esto lo tengo que apuntar para publicarlo en mi blog". Ay, qué daño han hecho las películas de vampiros para adolescentes... En fin, como epílogo les cuento simplemente que a partir de ese momento algo hizo "click" en su cabeza, y él ya está pasando olímpicamente de la chica porque no la quiere ni regalada. Y miren qué casualidad, ahora es ella la que se interesa por él y mientras estábamos hablando justamente le mandó varios mensajes para verse... A los que él no contestó, qué malos son los hombres.

Claro, si esto fuera un caso aislado yo ahora mismo no estaría escribiéndoles este post. Voy a contarles varias experiencias mías, yendo de más negativa a más positiva.

Hace tiempo un amigo mío me llamó y me dijo: "he conocido a alguien que seguro que te va a gustar" (afortunadamente mis seres queridos se preocupan por mí, cosa que nunca les agradeceré lo bastante). Estaban en una fiesta y él ya la había visto alguna vez, pero en este caso se le acercó directamente y con mucho desparpajo le preguntó directamente "¿sales con alguien?" y le habló brevemente de mí. La chica había dicho que en principio estaba abierta a conocer gente, yo le dije también que a priori no tenía inconveniente, y él se molestó en enviarle unas fotos en las que salía yo con el comentario de que si le gustaba y le daba su email yo le escribiría.

Total, ella le dio su dirección y a partir de ese momento a mí me tocaba el trabajo de romper el hielo. Lo hice con el típico mensaje agradable-descriptivo que uno se puede imaginar para una situación así, y me dispuse a esperar su respuesta.

Una semana después vi a mi amigo. Me preguntó si la chica me había respondido, y le dije que no. Su respuesta fue muy elocuente: negó con la cabeza y dijo "¿por qué no me sorprende?". Ya saben ustedes que yo tiendo a ver las cosas con humor malvado, así que le dije: "a lo mejor es que no le gustó lo que le escribí, aunque tampoco puse nada raro; pero vamos, seguro que de aquí a un tiempo me responderá diciendo que disculpe la espera pero que había tenido un accidente casi mortal y estaba en coma profundo en el hospital, justo ahora los médicos la acaban de reanimar y soy la primera persona a la que escribe con el único dedo sano que le queda".

Habían pasado 10 días cuando me sorprendí al ver un email suyo en mi buzón. ¿Tendría razón y habría sufrido un coma? Nunca lo sabremos y lamento no poder sacarles del suspense médico, porque la carta comenzaba así: "Hola, he tardado un poco en contestar pero más vale tarde que nunca". Después directamente me hablaba un poco sobre ella y decía algunas cosillas más... Pero para serles sincero no llegué a leer con atención todo el email. Volví atrás para ojear el principio de nuevo (porque hasta a mí me sorprendía que no hubiera no ya una disculpa, sino al menos la mínima frase de "he estado liada", y tenía que asegurarme de que había visto bien), después de un par de segundos borré directamente el mensaje y hasta hoy.

Vamos a pasar al caso de "Romualda". Una vez un amigo mío iba a tomar algo con un grupo de gente al que no conocía mucho, y yo me ofrecí a acompañarle para que así no se sintiera tan aislado de los demás que sí eran habituales entre ellos. Pasamos una velada agradable, yo me fui a mi casa temprano porque ya estoy viejo para trasnoches, y al cabo de unos días me llama mi amigo para decirme "oye, que me ha llamado Fulanita para decirme que a su amiga Romualda le gustaste y que te dé su teléfono". Esto así tan directo y tan fácil no me había pasado en la vida, así que -como yo no creo en loterías- lo primero que me vino a la cabeza es que mi amigo me estaba gastando una broma y cuando llamara me saldrían los del Teléfono de la Esperanza; pero no, era verdad que aquel era mi día de suerte.

Llamé a Romualda y quedamos por la noche después de que los dos saliéramos del trabajo. Fuimos a tomar algo y después como los dos teníamos hambre pensamos en ir a algún sitio a comer, pero yo sugerí que prefería estar al aire libre -me había pasado todo el día encerrado en mi cuarto de masaje- y propuse comprar algo para llevar y sentarnos en el paseo de la playa. Romualda: "bueno, a estas horas empieza a refrescar un poco y quizá tenga frío..."; como ella vive muy cerca sugerí que podía pasar por su casa a recoger algo de abrigo, o también podríamos cenar allí lo que compráramos. Su respuesta, sonriendo: "no, lo de mi casa mejor otro día".

Seguramente esto me lo dijo simplemente porque tenía el cliché de que "a los tíos no hay que ponerles las cosas muy fáciles" y no era nada personal para faltarme el respeto a mí; pero en mi cabeza sonó como "frena colega, tú te vas a esperar a que yo -diosa del Olimpo- decida cuándo te voy a conceder el maravilloso privilegio de permitirte que me des una noche de placer, cosa que para un simple mortal como tú es la mayor gracia que alguien como yo te puede otorgar". Sea como sea yo voy a cumplir dentro de poco 40 años y ya no estoy para estupideces, así que no tardé ni un microsegundo en tomar mi decisión. Me había pasado el día destrozándome las manos trabajando en plena temporada alta, estaba hecho polvo y tenía clarísimo que en un par de horas estaría en la cama... Solo o acompañado, eso me importaba pero menos.

Ahora lo pienso y me parece hasta gracioso, porque desde ese instante yo desconecté totalmente la "tensión sensual" por llamarlo de algún modo; mi amiga Romualda se veía muy desconcertada, porque en un segundo había pasado de mostrarme muy cariñoso a tratarla como si fuera el primo Paco que viene del pueblo y te vas a tomar con él un par de cervezas. Yo ahora hacía chistes, iba con las manos en los bolsillos y mi lenguaje corporal era totalmente diferente, y cuando ella me propuso irnos a tomar algo después del restaurante yo le respondí algo como "mira, esta es una noche que recordaré siempre porque tú eres fantástica, la situación es especial y blablablá; pero a mí no me gusta salir y estoy no lo voy a repetir más, sinceramente prefiero acompañarte a casa y luego irme disparado a dormir porque estoy molido y mañana madrugo otra vez". Tenían que haberle visto la cara...

En fin, llegamos a su portal y yo dije: "bueno, muchísimas gracias de verdad por todo, he disfrutado mucho y ya nos veremos alguna vez". Le fui a dar dos besos como si fuera mi hermana...

... Y me dejó colgando, porque se hizo para atrás y dijo de repente: "bueno, yo había pensado que a lo mejor te gustaría subir para conocer a mi gato". Se acabó el show. Romualda y yo estuvimos viéndonos varios meses que yo creo que fueron muy buenos para ambos, y cuando la cosa se acabó fue por motivos que no tuvieron nada que ver con todo esto.

Subimos un escalón en la positividad y vamos brevemente con el caso de Robustiana (disculpen, siempre me las veo negras para darle nombres a mis personajes y recurro a los de Mortadelo y Filemón). Robustiana era una turista extranjera que estaba de vacaciones donde yo vivo y a la que yo había invitado a tomar algo en la noche del fin de semana porque era evidentísimo que había "feeling" por ambas partes. Nos fuimos por ahí y, cuando llegamos a la entrada de su apartamento (no hace ni falta que diga que ya nos habíamos besado cien veces), me dijo estas palabras: "mira, tengo que decirte algo... Me gustas mucho pero hace mucho que no salgo con un hombre, para mí no es fácil por razones personales y no estoy preparada para esto. ¿Puedes darme un poco de tiempo y vemos qué pasa?".

Si ya me van conociendo un poco habrán adivinado mi respuesta, que fue algo así: "por supuesto, tú también me gustas y comprendo perfectamente lo que dices; no pasa nada, no tenemos prisa, si en algún momento surge algo más pues genial y si no yo de todas formas ya estoy disfrutando mucho con este tiempo que hemos pasado juntos". Lo decía porque lo pensaba de verdad, aunque también es cierto que después de un día machacándome en el trabajo para que yo haga algo que no sea irme directamente a casa y prepararme para dormir tiene que haber una razón muy poderosa. Pero vamos, sufría con gusto.

Robustiana me había tratado con respeto y me había hablado como un adulto habla a otro adulto a quien considera su igual, sin shows ni estupideces adolescentes. Nadie tiene la obligación de hacer nada que no quiera con nadie, y aunque a mí ella no me interesaba para nada que no fuera sexual -después del par de días que pasamos juntos se fue a su país y no volvimos a tener contacto- si a mí me gusta una mujer y realmente hay alguna causa razonable para postponer o incluso cancelar cualquier cosa más allá de un rato tomando un café, no pasa absolutamente nada y mi opinión sobre ella será la misma suceda algo o no. Además ella venía de un país del que yo no conocía absolutamente nada y charlar con ella me parecía extremadamente interesante, así que para un freak hambriento de conocimientos se imaginarán que de una forma u otra siempre saldría ganando.

Y ahora vamos con el caso más positivo de todos. La chica de la que les voy a hablar fue mi novia durante varios años, tuvimos una relación maravillosa en todo momento, aún en el trance de la ruptura -por razones que no tuvieron nada que ver con lo que les contaré ahora, claro- siempre nuestro contacto fue de lo más cariñoso y agradable, y todavía hoy mantenemos una buena amistad y respeto absoluto. Por cierto, tampoco es española y en los países como el suyo las mujeres sí que no se andan con rollos ni se hacen las nada: si les gusta un hombre toman la iniciativa se lo dejan claro exactamente igual que hacen ellos, sus sociedades no están enfermas de "feminitis" y son plenamente maduras.

Bueno, esta chica y yo ya nos conocíamos de antes aunque ella tenía otra relación y nunca había estado "en mi punto de mira". Por razones que ahora no vienen al caso habíamos quedado una noche y ella me invitó a quedarme en su casa; ni que decir tiene que todo fue sobre ruedas, e incluso recuerdo que al día siguiente yo le dije "todavía no me puedo creer haberme encontrado a una mujer madura e inteligente que no se anda con jueguecitos y rollos, es TAN raro que todavía estoy pensando que tiene que haber truco y vas a ser alguna asesina psicópata que cuando me descuide me va a cortar en trozos para comérselos para cenar". Aparte del humor, créanme que yo tengo mucha experiencia y sé de lo que hablo: depende mucho del país de origen de cada persona por saber en qué cultura se ha educado, pero esto en las del sitio donde vivo yo es una entre un millón y estoy exagerando. Ella me dijo "sí, sé que las mujeres aquí son diferentes; pero si a mí me gusta alguien y yo veo que le gusto a él no veo por qué tendría que disimular o fingir que no es así; uno de los dos tiene que hacer algo, tú o yo, quien sea es igual". Amén.

Además con ella me pasó una cosa que en parte es la clave de todo lo que les quería contar. Yo en aquel momento no tenía ni la más mínima intención de tener nada serio con nadie; por una parte necesitaba mucho espacio y quería estar lo más solo posible, y por otra para qué te vas a limitar a comer todos los días en el mismo restaurante si sabes que en tu ciudad hay un montón y no te va a ser muy difícil andar dos calles más allá y encontrarás otro abierto con comida también deliciosa. Le había dejado clara la situación y ella me había dicho que por ella estaba todo bien, también quería independencia y que si nos veíamos alguna vez bien y que si no también sin ningún compromiso.

Pero claro, por mucho que tú digas "ni loco vuelvo a echarme novia" si encuentras a alguien con quien has pasado una noche fantástica y no te ha puesto ni el más mínimo problema, otro día salen y todo es fácil y fluido, otro día igual, al cuarto día estás en casa y dices "hum, a lo mejor podría llamarla para ir al cine". Claro, porque sabes que es una persona que te gusta, que no te da nada negativo, que además si les apetece pueden quedarse a pasar la noche juntos (y si no te lo dirá como un adulto inteligente, claramente y con respeto) y al día siguiente tan amigos. ¿Por qué no vas a querer volver a ver a alguien así?

Hasta que un día, como me pasó a mí, estás haciendo otra cosa y descubres que tienes muchas ganas de verla. Muchísimas ganas. Al cabo de unos meses de salir juntos de vez en cuando, un día estábamos en su casa y le dije: "mira, tengo que decirte una cosa que me molesta muchísimo pero que tienes que saber. Créeme que yo no quería esto, ni lo tenía planeado ni me gusta tener que admitirlo, pero me he enamorado de ti. Realmente es una mierda pero es que no puedo hacer nada, te quiero". Ella se echó a reír, me abrazó y me dijo "es la declaración de amor más rara que me van a hacer en la vida, pero viniendo de ti me encanta".

La verdad es que los ejemplos, positivos y negativos, míos y de otros, se me agolpan en la cabeza y podría estar aquí hasta el Juicio Final. Además de este tipo de experiencias me hubiera gustado contarles lo que me han dicho varias mujeres que conozco sobre esto; se las resumiré telegráficamente -porque tampoco vale la pena abundar más en lo mismo- y nos iremos directamente a mi conclusión que es lo que de verdad quiero compartir con ustedes.

Empezamos por una amiga de 25 años, lesbiana, a la que le gustan las mujeres mayores que ella y me ha dicho un millón de veces "¿pero qué les pasa a las tías de tu generación? ¿Son idiotas o qué? Vas a salir con una que te gusta y que sabes que a ella le gustas tú y parece que estuvieras haciendo algo malo" (según he sabido por ella y por otras fuentes, las nuevas generaciones ya no vienen "defectuosas"... Y yo he nacido 25 años demasiado pronto). Anoche le conté a mi profesora de noruego que iba a escribir un post sobre esto y me dijo "no comprendo a las mujeres aquí, si a una noruega le gustas te lo dice directamente y si no le gustas y la invitas a salir te lo dice clarísimo igual". Por último, hace dos días hablé con una amiga sobre lo que iba a publicar y me contó que cuando era jovencita perdió a dos chicos porque "mi madre me dijo que a los hombres no había que ponérselo fácil, y las dos veces que le hice caso los que me gustaban pasaron de mí". Afortunadamente aprendió de la experiencia, el ser humano tropieza dos veces en la misma piedra pero alguno espabila.

Esta amiga a la que acabo de mencionar me dijo algo que no me esperaba: que está muy bien que alguien publique por fin algo sobre esto, porque hay muchas mujeres que viven equivocadas y se mueven por clichés falsos con lo que luego en muchos casos pagan las consecuencias y tienen experiencias negativas, desagradables o dolorosas. Con esta reflexión dio en el clavo, porque es la esencia de esto que estoy escribiendo y a la vez la razón última de que me haya tomado un buen par de horas para hacerlo.

Miren, a aquellas mujeres que hablan de "los tíos", de que "los tíos siempre piensan en lo mismo", que piensan que le están haciendo un favor a alguien por el hecho de hacer el amor con él, que en general viven en la creencia de que las mujeres son una especie de ninfas virginales que viven en un paraíso de flores y animalitos y que de vez en cuando vienen unos seres malignos y sucios llamados "hombres" a contaminar su pureza... A este tipo de personas no tengo nada que decirles. Conozco a algunas así, alguna de ellas lectora de este blog, a la que por ejemplo le he oído frases como (literal) "a los hombres hay que ponérselo difícil para que te valoren" o "esa es una guarra, se va con cualquiera". Esta última frase a mí me suena exactamente igual a una que leí una vez en el wc de mi facultad, que decía "la mujer, de la cocina a la cama y por el pasillo a hostias". Me quedé estupefacto porque esto no era algo que hubiera escrito el tío Ambrosio en los baños de la tasca del pueblo, sino que el que era ¡en una universidad! y lo había hecho probablemente alguien joven y con cierto nivel cultural. Seguramente la chica a lo que yo personalmente le escuché decir lo de "se va con cualquiera" se llevaría muy bien con el subnormal que ensució así la pared del lavabo en la universidad.

Tampoco escribo esto para hablar de lo malas que son las mujeres y de cómo nos maltratan a los hombres. Ni mucho menos, de hecho yo llevo mucho tiempo ya sin tragarme este tipo de rollos porque como les he contado a la mínima que huelo de lejos a una mujer así la saco de mi vida para siempre (exactamente igual que hago con cualquier hombre que actúe conmigo de manera que no me parezca aceptable); y además en los ambientes en los que yo me muevo no es muy común encontrar chicas así. Mi relación con el sexo opuesto no puede ser más positiva y sana, entre otras cosas porque me ocupo de podar las malas hierbas antes de que aparezcan y lo que crece siempre es bueno.

Como adivinó mi amiga, mi mensaje es otro. Va destinado a aquellas mujeres que de verdad se han tragado el rollo de que los hombres solo te valoran si te haces de rogar, que hacen caso de comentarios como lo de "esa es una guarra" porque qué dirán de mí si llamo al chico que me gusta para tomar algo y conocernos mejor... Vamos, hablo para las que son mujeres inteligentes y sanas pero viven según ideas que no se corresponden con la realidad: yo soy un extremo y no me puedo poner como ejemplo, pero es que he hablado un millón de veces con hombres de esto y sé lo que de verdad piensan ellos cuando se relacionan con ellas. Lo que piensan pero no pueden decir abiertamente y solo se comenta con los amigos, claro. Yo les voy a dar la información, cada una la valorará como quiera y extraerá sus conclusiones.

Es cierto que hay una clase de hombre que piensa que "una mujer fácil es solo para follar, pero te casas con la difícil". Este es el tipo del que escribió la pintada en los baños de la facultad, y sinceramente amigas si ustedes están interesadas en tipos así o les importa lo que ellos piensen casi mejor no sigan leyendo porque se merecen lo que les pase.

La inmensa mayoría de los hombres, probablemente el 99% de los que hoy se van a cruzar por la calle, llegó al siglo XXI hace tiempo y tiene claro que no le gusta que le traten como a un sucio violador, no le gusta que le falten al respeto ni le humillen, disfruta de esa sensación cuando te sientes atraído por alguien y tú das un pasito y ella da otro, y aprecian muchísimo ser valorados y que la chica que les gusta les corresponda y que se note.

Casi ningún hombre va buscando de primeras tener una relación, casarse y tener dos niños y un perro, e ir a comer los domingos a casa de sus suegros. Los hay así y yo conozco algunos -también lectores de este blog-, pero la mayoría si pudieran vivirían solos echándose alguna cana al aire por aquí y otra por allá y la única razón por la que acaban emparejados es porque todo el mundo piensa que se moja más de casado que de soltero.

Pero igual que me pasó a mí, hasta los que realmente sí tienen muchas oportunidades y ligan hoy con una y mañana con otra, si un día encuentras a alguien con quien te llevas bien, que no te da problemas, con la que tienes compatibilidad sexual, y con quien sabes que salir te hace sentir bien sin pagar un precio, al final te pasa que un día estás haciendo cualquier cosa y piensas: "hum, podría llamarla para hacer tal cosa"; y después otro día la vuelves a llamar o te llama ella a ti, va pasando el tiempo y tú ves que cada vez que están juntos son felices, y cuando te das cuenta "estás pillado". ¿Quién no conoce a alguien que era un superligón y acabó "sentando la cabeza"?

Cuando un hombre sale contigo un día y tienen sexo, y después no te vuelve a llamar más ni quiere saber nada más de ti pero al final sí acaba saliendo en serio con otra, no es porque "los tíos solo piensan en sexo"; ese razonamiento es evidentemente falso, porque si fuera así ese no saldría con nadie jamás. Si ahora tiene novia no es que le han hecho una lobotomía y ha cambiado su personalidad, es que por las razones que fueran ella sí tiene algo que le ha convencido para tener algo más serio y tú no lo tenías. Para el tipo de la pintada en el wc a lo mejor es que la otra se lo puso más difícil y eso le gusta, pero hasta ese si puede te llamará dos veces porque a nadie le disgusta un poco de sexo sin complicaciones; y quien dice dos dice tres, o las que sean hasta que (quizá sí o quizá no) la cosa pueda pasar al siguiente nivel. Los hombres no están pensando en echar un polvo y evitar volver a echar otro cualquier otro día, si uno te lo hace es que hay algo más que tú no sabes o no te ha querido decir algo que no le gusta de ti. Esto no tiene vuelta de hoja.

Lo que sí sucede constantemente, y es algo que he comprobado muchísimas veces no ya por mí sino porque me lo han dicho incontables veces, es esto: un hombre sale con una mujer, ella se pone a hacer el show y él automáticamente piensa: "otra idiota, esta solo vale el esfuerzo para echar un polvo y luego listos". Ese es el caso de la persona que me contó lo de la frase antológica "esto es una locura" (me voy a echar muchas risas en el futuro a costa de esto): la primera vez que me habló de ella fue justo después de haberla conocido, y su comentario fue que era una chica súper agradable, que le gustaba que podías hablar con ella de un montón de cosas y blablablá... Vamos, no me dijo "me enrrollé anoche con una tía, a ver si me la tiro mañana y luego me esconderé para no verla más" porque eso yo nunca se lo he oído a ningún hombre en toda mi vida. Lo que sí he oído constantemente es cuando después dicen que "esta tía es una gilipollas, le mandé un mensaje hace dos días y ni me ha contestado"; ese es el principio del proceso que lleva a que cuando al final el tipo se ha acostado con ella en cuanto le aparezca otra que le trate mínimamente bien mande a la primera al carajo, y entonces ella dirá "los tíos son todos iguales, en cuanto tienen cama desaparecen". Por supuesto ni se le ocurrirá pensar que ella tenga algo que ver con eso, y cuando él sí salga en serio con otra no dirá "oye, pues con esa sí que va en plan formal, a lo mejor es que el problema no era él".

Esto mismo es el ejemplo de la chica que tardó 10 días en contestarme sin siquiera un comentario de "me importas" (en el sentido de "eres un ser humano y mereces un mínimo respeto, así que aquí tienes algo equivalente a una explicación"). Yo afortunadamente me puedo permitir darle la patada y pasar a la siguiente, pero lo que haría cualquiera que sabe que el sexo es un bien escaso en el mercado sería tragar; con toda probabilidad no sería lo último que se tendría que tragar hasta que al final se acostaran, momento a partir del cual él desaparecería (si tuviera alguna alternativa mejor, porque ella ha demostrado que aparte del sexo no da para nada más).

Una vez una amiga me dijo esta frase: "los tíos piensan con el pene" (imagínense la palabra que usó ella). A mí este tipo de comentarios ya han visto que me tocan bastante las narices, así que le respondí "deberías dar las gracias, porque justamente por esa debilidad nuestra la mayoría de mujeres no se mueren vírgenes y solas". A la vez que esto debo decir que gracias a la debilidad de las mujeres de querer tener una pareja la mayoría de hombres consiguen sexo, así que nadie debería quejarse. Como me dijeron una vez, "las mujeres dan sexo para tener amor, y los hombres dan amor para tener sexo". Es exactamente así, pero habría que añadir que a partir de ahí los dos acaban consiguiendo las dos cosas.

No se trata de ir por ahí restregándole las pechugas por la cara a nadie, y abalanzarse encima de los chicos para que se fijen en ti; tampoco conozco a ningún hombre al que le guste eso, aparte de que se le vayan los ojos en ese momento. La mejor forma de que el otro tenga un alto concepto de ti es mostrándote como eres, tratándole con el mismo respeto y la misma consideración con la que te gustaría que te trataran y si te gusta hacérselo saber de alguna manera. Por otra parte, si alguien no te gusta cualquier hombre del planeta te va a respetar si te llama para tomar un café y tú le respondes "mira, está claro por donde vas pero quiero que no haya equivocaciones: realmente no eres mi tipo y no quiero crearte falsas expectativas". A mí me han rechazado varias veces así y siempre mi comentario al hablar con mis amigos ha sido: "me fastidia un montón la situación, claro, pero al menos por parte de ella lo que ha hecho ha sido perfecto y se lo agradezco". Tanto cuando me ha pasado a mí como a otros, jamás he oído una opinión que no fuera justamente apoyando esto.

Lo que pasa es que a muchas mujeres (en esto no se puede generalizar, pero es muy común) les gusta tener admiradores, y poder decirle a las amigas suspirando "ya no sé qué hacer para quitármelo de encima". Con esto estás utilizando al otro para subirte tú el ego, porque en realidad no te importa ni lo más mínimo su dignidad como persona y lo consideras por debajo de ti; y como siempre hay hombres dispuestos a arrastrarse mendigando lo que sea pues siempre habrá mercado para ellas. Pero claro, estos hombres siempre serán los peores: lógicamente cuantas más posibilidades tenga alguien menos estará dispuesto a tragar, y te puede pasar que pierdas la oportunidad de salir con el chico que te gusta como casi le pasó a Romualda conmigo o dos veces le sucedió a mi amiga por hacer caso de los consejos de su madre.

A uno le podrá parecer injusta la ley de la gravedad, o podrá gustarle o no que la Tierra sea redonda y preferirla cuadrada; las cosas son como son. Yo con este post me he limitado a ofrecerles una información sobre la mente masculina basada en mi experiencia y en lo que sé de las personas que me han rodeado en mi vida; creo que muchas mujeres en realidad no saben cómo piensa un hombre y actúan según criterios muy equivocados provenientes de clichés evidentemente falsos, y como en el caso de mi amiga estoy segurísimo de que muchas han perdido posibilidades de ser felices por actuar de espaldas a la realidad y han acabado frustradas -en muchos casos, además, después tratarán de trasladar su frustración a las demás con comentarios como "esa es una guarra"-. Siempre les insisto en formarse sus propias opiniones, tomar sus decisiones y por supuesto aceptar las consecuencias buenas o malas; la responsabilidad de su vida es solo suya, mi trabajo acaba con estas líneas.

Actualización: después de que este post fuera citado últimamente en otras webs sobre el tema me han escrito muchas lectoras haciéndome preguntas o pidiéndome consejos personales. Me gustaría ayudar a todo el mundo pero no tengo tiempo para dedicar a responder cuestiones individuales, aunque les recuerdo que sobre esto escribí hace tiempo un libro que entra a fondo en el asunto y que ya ha servido para mejorar las vidas de muchas personas. Aquí lo tienen: Lo que realmente pensamos los hombres pero jamás diremos a las mujeres.