Dos gemelas idénticas, una fumadora y otra no


Una vez leí una historia muy curiosa sobre la antigua Grecia. Resulta que hubo una época en que se pusieron de "moda" los suicidios de mujeres (se ve que lo de que el mundo esté lleno de idiotas no es nuevo); la cosa se extendió lo suficiente para alertar a los gobernantes, que decidieron tomar medidas. Probaron de todo, desde poner vigilancia extra hasta castigar a las familias de las suicidas incluyendo a sus hijos: nada funcionó. Ya estaban desesperados viendo que la plaga era imparable, hasta que alguien -que evidentemente conocía bien a las mujeres- tuvo la idea definitiva: se sacó una ley por la cual si alguien se suicidaba se expondría su cuerpo desnudo en la plaza de su localidad para que todos lo vieran. Los suicidios femeninos desaparecieron instantáneamente: lo que no había podido la coacción lo pudo la vanidad.

A mí, como buen liberal, me parece estupendo que la gente fume, beba, se drogue, vaya en moto sin casco o en coche sin cinturón de seguridad, meta la cabeza en una trituradora o que se autoempale con un poste en el jardín de su casa si le da la gana; mientras a mí no me cueste dinero apoyaré siempre que cada uno haga lo que quiera con su salud, y de hecho todas las estupideces que hagan los estúpidos hacia sí mismos al final son beneficiosas para mí porque cuantos más se maten menos me los encontraré en la vida y menos molestarán. Por supuesto los fumadores saben perfectamente que fumar es malo y les da igual, pero a lo mejor a alguien le importa su aspecto y solo por eso se anima a añadir dejar el tabaco a sus propósitos de año nuevo...