El trabajo ideal: apretador de botones
Sueldazo, dietas, acceso a coches oficiales, billetes de avión en primera clase y demás recursos públicos de manera ilimitada, privilegios de todo tipo, prebendas y chollos, inmunidad judicial aunque seas un ladrón, pensión máxima garantizada cuando te retires, ¡hasta piscina cubierta dentro del mismo Senado para relajarte después de una dura jornada de trabajo apretando botones! Pero atención a lo mejor: ni siquiera tienes que pensar en qué botón apretar porque ya te lo dicen desde arriba. Y si eres tan inútil que hasta te equivocas de botón y aprietas el que no es (sucede con frecuencia) no solo no pasa nada sino que hasta podrías conseguir un ascenso.
¿Que dónde hay que echar el currículum? Nah, ni siquiera hace falta tener currículum: en España hemos tenido ministros que no han pasado del título de bachillerato y nuestros presidentes por no saber no saben ni inglés... Solo hace falta afiliarse a un partido y, eso sí, tener un cierto olfato para oler la mierda correcta y saber qué culos tienes que lamer. Pero con un poco de suerte ¡vidorra garantizada!
(Vía El Mundo)
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