Atención al mensaje que he recibido por Facebook


Justamente en estos días he estado comentando con María lo molesto que resulta muchas veces lidiar con mensajes altamente desagradables de leer, no ya por lo que dicen sino por cómo lo dicen. En este caso creo que tenía derecho a pedir un poco de misericordia: vale que vaya a pasarme el resto de la eternidad sufriendo en un mar de azufre, pero al menos no me tortures tú más de lo que ya me toca...