Mujeres y hombres y viceversa

La mujer de la foto -portada de su libro- a continuación se llama Norah Vincent, es lesbiana y (antes) feminista. Hace tiempo hizo un experimento que consistió en disfrazarse de hombre y vivir como uno durante un año y medio, en los que vivió experiencias de todo tipo: participó en un equipo de bolos durante una temporada, tuvo más de 30 citas con mujeres y hasta estuvo recluída en un retiro solo para hombres como uno de ellos.


Primero copio y pego sin añadir nada, luego les recomiendo un link y luego les hago mis comentarios.

La activista feminista y lesbiana Norah Vincent realizó un experimento: se hizo pasar por un hombre durante 18 meses para estudiar las diferencias entre los privilegios sociales de hombres y mujeres y quienes disfrutan de mayores ventajas. Su conclusión, en el libro que publicó sobre este experimento ("Self-Made Man"): las mujeres disfrutan de mayores privilegios sociales.

En su libro A SELF MADE MAN (2006, Penguin), Vincent comparte su transformación y, lo más interesante, sus no poco perturbadoras conclusiones sobre la cada vez más amplia brecha que separa a los unos de las otras. Como representante de lo que ella denomina una doble minoría (mujer/lesbiana), asumió que esta investigación le permitiría básicamente disfrutar las prerrogativas de pertenecer a una doble mayoría (hombre/blanco): desde sentarse con las piernas abiertas hasta caminar sin miedo por la calle. Pero, paradójicamente, comprobó que es más fácil que un camello conquiste el corazón de una heterosexual que un chico gane el cielo de una dama: "Salir con chicas, como hombre, fue una lección del poder femenino y me convirtió, entre otras cosas, en una misógina temporal. Vi mi propio sexo desde el otro lado y por eso mismo me disgustaron irracionalmente las mujeres: su superioridad, sus sonrisas acusatorias, su potestad de escogerme o aplastarme con un solo gesto".

Vincent reconoce que su decepción se debe, en gran parte, a los prejuicios que ella misma tenía antes de embarcarse en este proyecto: no esperaba gran cosa de los hombres y, en cambio, albergaba enormes expectativas respecto a sus hermanas. Sin embargo, a lo largo de varias citas, la mayoría de ellas desastrosas, experimentó en carne propia lo brutales que podemos ser las mujeres cuando un pata no satisface nuestros estándares ("me trataban como si fuera un producto de mala calidad en el supermercado", y lo insignificante que puede sentirse un hombre bajo la implacable lupa de una potencial pareja sexual o romántica ("Sometidas a presiones emocionales, las chicas no se comportan mejor que los hombres, los siglos de opresión no han hecho a las mujeres moralmente superiores".

Al final de sus 18 meses de experiencia masculina, la escritora tuvo que ser internada por depresión severa y declaró públicamente: "nunca me había alegrado tanto de ser mujer".

Ahora viene mi recomendación: si hablan inglés no se pierdan este demoledor vídeo en el que ella cuenta en primera persona su experiencia, admite claramente los errores en los que siempre había vivido, habla de los problemas de los hombres y las dificultades que estos tienen (que las mujeres se ahorran por sus privilegios sociales), habla de las humillaciones y desprecios que se tuvo que tragar en sus relaciones con mujeres, y en general concluye lo siguiente:
- Los hombres sufren. Ellos tienen problemas diferentes de los que tenemos las mujeres, pero los suyos no son mejores. Necesitan nuestro afecto, nuestro amor, y se necesitan entre ellos más que ninguna otra cosa. Necesitan estar juntos.
(...)
- Crees que las mujeres entendemos lo que es ser un hombre?
- No, para nada. Ni de lejos. No tenemos ni idea.

A partir de aquí viene lo que añado yo:

1) Me hizo gracia el comentario de uno de sus amigos del grupo de bolos, que decía "ella pensaba que nos pasaríamos el tiempo hablando de mujeres". Como les he dicho muchas veces y algunas de mis lectoras no quieren creer, a los hombres no nos interesan ni las mujeres ni las relaciones con ellas. Por eso el 90% de las películas "de mujeres" tratan sobre romances o relaciones con hombres, y las películas hechas para el público masculino van de otras cosas (salvar al mundo, vencer al malo, recuperar los planos secretos, lo que sea) y la mujer está ahí simplemente como un florero que el héroe se lleva de rebote ya que cumple con su misión; y por eso si haces una película romántica o incluso mediosexual tipo 50 sombras de Grey los únicos hombres que verás en la sala estarán acompañando a sus parejas. Y quien habla de películas habla de libros, canciones de amor, etc. La escritora de este libro se llevó una sorpresa, ella es lesbiana pero supongo que si hubiera sido heterosexual le habría resultado bastante decepcionante comprobar que nosotros en nuestro tiempo entre hombres pasamos completamente del tema y no gastamos ni una gota de saliva en hablar de mujeres. Entiendo que a las chicas les moleste la realidad y no quieran aceptarla: si a mí me interesara alguien y me enterara de que ese alguien pasa totalmente de mí también me escocería.

2) Cuando hablaba de las citas que había tenido con mujeres, cuando ella contaba cómo habían ido sus relaciones y las mierdas que le habían hecho tragar:
- ¿Lo pasaste bien?
- Rara vez.
Esta es una de las razones por las que a los hombres no nos interesa el tema de las mujeres: porque NO lo solemos pasar bien con ellas. Cada uno actúa como libremente decide y están en su derecho a pisarnos si es lo que creen que es correcto -lo digo en serio, no las critico para nada- pero todo tiene sus consecuencias y si te dedicas a machacar a tus potenciales "clientes" luego no te quejarás cuando tus clientes no te son fieles. Tú tienes derecho a esperar una semana para contestar a un mensaje o a no devolver sus llamadas hasta que te dé la gana, pero luego no te quejes si el tipo cuando te consiga echar el polvete desaparezca porque aparte de tus tetas no le interesa nada más de ti.

3) El mito de que las mujeres viven oprimidas por una sociedad machista es (al menos en los países civilizados que yo conozco, Europa y Norteamérica) justamente eso, un mito; y aquí tenemos a una mujer que, aunque fuera activista feminista, al menos es honrada intelectualmente y reconoce las cosas cuando las ve. Pero el rollo opresión le viene muy bien a muchas para seguir mamando de la teta de la sociedad, y el bombardeo de anuncios, películas y series de tv y en general mensajes subliminales por todas partes (los hombres son tontos y solo piensan en sexo, las mujeres son listas y espiritualmente elevadas) aumenta la bola y la teta de los privilegios sociales sigue dando leche.

4) Me ha encantado la actitud de la exfeminista: ahora que tiene la experiencia en los dos lados ya no ve el asunto como una pelea entre dos bandos a ver quién tiene razón, sino dos tipos de personas cada uno con sus propias visiones de la vida. Reconoce que el peor de nuestros problemas no es que unas sean buenas y los otros malos, sino justamente ese prejuicio que intenta privilegiar a unas a costa de otros pero que al final no hace más que separar y dañar a todos.

Y sobre todo 5) ABSOLUTAMENTE TODO lo que he visto en el vídeo y le he leído a esta escritora está claramente explicado en el libro Lo que realmente pensamos los hombres pero jamás diremos a las mujeres, de un tal Mandelrot. Se nota que el tipo sabe algo de lo que habla, si ella lo hubiera leído se habría ahorrado el trabajo, los malos tragos, la depresión y lo que le costó superar la experiencia...