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Si se fijan este post no está en "Multimedia" sino en "Ciencia y tecnología", y de hecho si me he decidido a compartirlo con ustedes no es por el vídeo en sí (que está curioso sin más, creo yo) sino porque, cuando lo he visto en Microsiervos, me he acordado de una interesantísima reflexión que hace Jaime Altozano en su vídeo dedicado a la música del opening de Ghost in the Shell (el mismo tema del que, si recuerdan, ya también les hablé yo hace tiempo).
Lo que me parece llamativo de todo esto es la consecuencia última de la reflexión de Jaime: puede que ahora mismo los robots (físicos o en cuanto a inteligencia artificial) aún no puedan hacer muchas cosas bien, pero ellos tienen una insalvable ventaja sobre nosotros. Cuando un superviolinista se muere sus hijos no nacen sabiendo tocar el violín como su padre: nosotros en cada generación empezamos de cero (y puede que un humano nuevo nunca alcance el nivel que tuvo otro antes que él). Los robots ahora puede que hagan una cosa concreta con un nivel aún más bajo que el nuestro, pero la siguiente generación de robots partirá del punto más arriba que hayan conseguido los anteriores y jamás lo harán peor de lo que lo hicieron antes. Su progresión jamás se reinicia, jamás va hacia atrás, jamás se detiene. El tiempo juega a su favor, y su tiempo llegará. Es inevitable.
