Un mundo mejor


Polonia, después de la II Guerra Mundial. Esto me recuerda que, según la nueva "ley alfombra" polaca, todo el que cuente cómo muchísimos polacos (incluyendo por cierto a curas católicos) ayudaron encantados a los nazis a exterminar a miles y miles de judíos a los que odiaban a muerte es un criminal solo por airear el asunto; igual que pasa con los japoneses e Hiroshima, entre que la masa tiene memoria de pez y que los políticos se apuntan a cualquier cosa que quede bien seguro que dentro de no mucho los lobos serán recordados como corderitos.