Hace algún tiempo me escribía una lectora del blog pidiéndome algunos consejos sobre cómo enfrentarse a una situación de presión de su entorno (este blog me ha convertido en una especie de coach de vida para muchas personas y esto me ocurre muy frecuentemente), y hablando sobre el asunto yo le conté un detalle de mis objetivos vitales. "¿Sabes el viejo ese que te lo encuentras en el supermercado en pijama un martes a las 11 de la mañana, y el tipo pasa de todo el mundo y va a lo suyo más feliz que nada? Yo quiero ser como ese tío. He avanzado mucho para ser libre y sigo trabajando todos los días para vivir mi vida sin preocuparme por la censura de los demás, pero aún no he conseguido ese nivel de que me dé todo igual; hago lo que quiero y tomo mis decisiones con mucha independencia, pero todavía me falta mucho para esa felicidad borderline. Pero recuerda esto: si un día te cruzas conmigo por la calle un martes a las 11 de la mañana y me ves en pijama lo que tienes que pensar es 'lo consiguió, este tipo es un triunfador'".