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Llevo haciendo fitness 18 años sin dejarlo, y la única pausa que he tenido en todo este tiempo fue el último día que fui al gym que me rompí el hombro y tuve que estar dos semanas parado hasta volver a empezar. Justo tenía pensado dejarlo porque estábamos en medio de la pandemia y nadie respetaba las reglas de seguridad, así que ya tenía claro que cuando se me venciera la suscripción anual no la renovaría y esto fue simplemente adelantarlo unos meses.
Desde entonces entreno en casa con bandas elásticas y mi propio peso corporal, y para compensar la falta de intensidad he rediseñado mi entrenamiento para ir al máximo con lo que tengo. Han pasado 8 meses y no solo no he perdido nada sino que he ganado un poco más de músculo y, aunque les puedo garantizar que sufro como un perro y siempre voy al límite, sigo teniendo la sensación de que aún no he llegado al máximo y que lo mejor está por llegar. Este año cumplo 50.
Yo no dependo de la motivación, porque como les he dicho alguna vez "si la motivación fuera constante no haría falta disciplina". Lo tengo todo clarísimo, aunque de todas formas no tengo más que mirar a mi alrededor y ver a todo el mundo cada uno en sus distintos grados de putrefacción para que me den más ganas de seguir esforzándome. El tiempo nos vence a todos, claro, pero de momento voy ganando yo.