(Vía Adrián). Como les conté hace unos pocos años cuando volví a estudiar y entré en desarrollo de software, en mi clase el único que atendía era yo y el resto (todos veinteañeros) estaba a lo suyo. El chico que tenía a mi izquierda siempre estaba viendo anime en su portátil; el que tenía a la derecha veía fútbol y hacía apuestas deportivas; había uno que se echaba literalmente siestas en la primera fila (aquí lo tienen); luego había un grupo que se ponía a jugar a algún juego online por equipos; y el resto estaba con el móvil. Ahorren para su jubilación, amigos.
