Hace poco he leído una frase que me pareció interesantísima y muy profunda: "en la vida a veces ganas y a veces aprendes". Como yo soy la persona que conozco que más cosas y más importantes ha perdido en la vida, pero también he sacado siempre lecciones muy valiosas de mis errores y de las cosas que me pasaban, le di muchas vueltas a la frase en cuestión y llegué a la conclusión de que, aunque no es algo automático (hay gente que sencillamente no quiere aprender), si tienes una actitud de mente abierta y de ser autocrítico con todas las consecuencias sí es verdad que se pueden sacar cosas extraordinariamente positivas de todo incluyendo de las situaciones malas.
Hace poco les conté que había conocido a alguien y que veía una posible relación seria en ciernes. La cosa al final no funcionó, exactamente por lo mismo que me ha pasado siempre: nuestros objetivos en la vida eran incompatibles y, aunque la chica personalmente tenía lo que yo quiero para la persona con la que compartir mi futuro, el formato (familiar) que ella me exigía para poder estar juntos no tenía punto en común con lo que una persona como yo le podría dar. Como explico bien en el libro de hombres y mujeres que tengo en la nevera, una de nuestras diferencias básicas es que ellas miran más quién es la persona (sus cualidades o capacidades personales, a veces su posición personal, social o profesional, etc) y nosotros miramos básicamente qué nos va a aportar la relación (me da igual que hables cinco idiomas o tengas un doctorado en Harvard, lo que me interesa es cómo va a ser mi vida contigo). Ella me miraba y veía a un tipo que destacaba de la media en algunas cosas interesantes, yo la miraba y me veía yo de marido y padre lo cual es algo que no me parece ni remotamente aceptable. Así que, aunque siempre es desagradable el trance de que dos personas decidan que sus objetivos no coinciden y no quieren estar juntas, la noticia es muy buena y el titular yo lo veo más bien como "dos personas incompatibles se ahorran una relación sin futuro".
En fin, la historia me sirve para ir a la "chicha" del post que es hacia donde en realidad me quería dirigir. Si todo esto me llega a pasar hace 20 años, hace 10 o incluso menos, yo (que ya estaba viendo las cadenas empezando a rodear mis tobillos) no hubiera sido capaz de decir "no" por no tener la fuerza, el valor y la madurez necesarias para enfrentarme a la situación con la verdad y con lo que en realidad quiero. En su momento cometí este tipo de errores más de una vez, y mi cobardía hizo sufrir a otras personas con las que no me atreví a ser sincero desde el minuto 1 evitando el problema hasta que la bola se hizo demasiado grande para esconderla más bajo la alfombra.
Pero hoy, después de mucho sufrimiento para mí y para los demás y de muchos cadáveres inocentes por el camino, he aprendido de mis errores y soy un hombre fiel a sí mismo y, acertada o equivocadamente, sigo mi forma de pensar hasta las últimas consecuencias. Mi concepto de "madurez" consiste en ser capaz de tomar decisiones malas y enfrentarse a situaciones desagradables aceptando plenamente la responsabilidad de mis actos sean cuales sean; hubo un tiempo en mi vida en que no fui capaz de tomar esas decisiones difíciles (a pesar de que sabía que debía hacerlo y eran lo que en el fondo quería) y por eso pasaba después todo lo que pasaba, hoy estoy escribiendo estas palabras en mi blog sintiendo una fuerza y una paz interiores que son mi recompensa.
En mi caso el ejemplo de hoy se refiere a las relaciones de pareja, pero podría darles otros de distintos órdenes de la vida tanto personal como profesional; tengo siempre muy presentes mis errores pasados y muchas veces me pasa que al recordarlos siento dolor o vergüenza por aquello que en su momento hice, pero sé que enfrentarme a esa verdad me hace mejor persona y de paso me evita estrellarme de nuevo hoy cuando me encuentro con situaciones más o menos similares. En estos días estoy teniendo la recompensa de lo que creo que en este caso es un tremendo acierto: ser sincero, hablar claramente y ser fiel a mí mismo. Esta y otras lecciones me han salido carísimas en mi vida, pero hoy incluso en las situaciones malas les puedo decir que compensan. Si tú de verdad quieres, en la vida unas veces ganas y otras aprendes.