Últimamente he tenido que cambiar temporalmente mi alimentación y de paso he aprovechado para hacerlo coincidir con un aumento de mi actividad deportiva (ahora hago deporte 6 días a la semana, en sesiones muy cortas pero muy intensas). El cuerpo tarda en adaptarse a lo nuevo y he estado algunos de estos días cansadísimo, a pesar de lo cual por supuesto no me he saltado ni un solo entrenamiento aunque tuviera que ir arrastrándome por la calle hasta el
salón de torturas gimnasio. Siempre que tengo un día malo y lo comento con alguien me dice lo mismo: "si estás tan agotado hoy, ¿por qué no lo dejas para mañana?", y siempre mi respuesta es la misma: "la única manera de mantener la disciplina y no dejarlo es que no haya una primera vez en que lo dejo pasar; si me lo salto un día ya estará abierta la puerta para que haya un segundo día que me lo vuelva a saltar, y cuando uno abandona una cosa que quería hacer es porque tuvo que haber un primer día que pensó exactamente lo que me estás diciendo tú". Seguro que estas personas creen que me están ayudando diciéndome que en esos días tengo una buena excusa para no hacer ejercicio, pero la diferencia entre la gente "normal" y los deportistas serios es que para los segundos las excusas no valen.
Aquí tenemos dos vídeos (les recomiendo verlos completos) de unos tipos que tampoco conocen los "es que", los "el mes que viene sin falta empiezo" ni los "estoy esperando a que llegue enero". Con el primero, de Arnold Schwarzenegger, he pensado: "vaya,
66 años y el tipo está que no veas"...
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Pero ha sido con el segundo, de Sylvester Stallone, con el que he flipado en colores. El tipo tiene
65 años, edad para jubilarse; yo con 41 no tengo nada claro que fuera capaz de hacer los abdominales como los hace él:
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