Hace poco les contaba que estoy siguiendo un curso de dibujo... Bueno, debería decir más bien un curso de "utilización de la mente para dibujar" con el que poniéndome a ratos muy sueltos he hecho bastantes progresos (sigo dibujando mal, para solucionar eso me hará falta mucha práctica, pero noto que ya he encontrado el camino correcto). El curso me está trayendo sorprendentes revelaciones sobre cómo funciona nuestro cerebro y cómo podemos "domesticarlo" para hacer que funcione a nuestro favor, cosa que los artistas natos hacen instintivamente y que el resto de los mortales tenemos que trabajar para conseguir. Vean este ejemplo:
En la imagen el arbol de la derecha es igual que el primero de la izquierda. No lo parece, ¿verdad? Pero si lo miden lo comprobarán. Hay otro método más fácil aún para darse cuenta, que es simplemente darle la vuelta al dibujo:
Ahora se nota más que los dos árboles son iguales en tamaño, simplemente con girar la imagen. Curioso, ¿eh?
¿Por qué solo con esa vuelta ya vemos mejor que las dos piezas son del mismo tamaño? Pues ahí precisamente está la principal lección del curso, es lo más importante que he aprendido yo y la curiosidad "neurológica" que quiero compartir con ustedes. Nuestro cerebro se divide en dos mitades: la izquierda es la racional, lógica y sistemática, la que maneja los conceptos; y la derecha es la intuitiva, visual, la que maneja las formas. La principal razón por la que muchos dibujamos tan mal es que nuestra mitad izquierda interfiere en el proceso artístico, y en lugar de dibujar las cosas como las ve el ojo lo que hace es tomar esa información y "procesarla" conceptualmente. Los buenos dibujantes son capaces de "desconectar" esa interferencia racional que distorsiona la imagen pura, por eso ellos simplemente pasan al papel lo que les entra por los ojos sin más.
¿Por qué vemos el arbol de la derecha más grande de lo que es? Porque el dibujo está hecho con perspectiva, y nuestra mente izquierda-racional nos dice que si está más lejos debe verse más pequeño (lo que pasa por ejemplo con el tercer árbol). Como no se ve más pequeño, nuestra mitad "conceptual" deduce que el arbol debe ser más grande que los otros.
Pero al darle la vuelta a la foto los árboles ya no son árboles, el camino no es un camino, y no hay ningún paisaje en perspectiva: solo hay unas líneas y unas formas en blanco y negro. La escena "interpretable" ha desaparecido, entonces el cerebro izquierdo no se activa para conceptualizar lo que vemos, y entonces sí podemos ver la imagen tal cual es sin interferencias. Y ahí es cuando nos damos cuenta de que las dos "formas" del mismo tamaño. Qué curioso cómo funciona nuestra mente, ¿verdad?
En fin, este es el detalle interesante que he descubierto en estos días y que quería compartir con ustedes. Por terminar de contarles cómo me está yendo con el curso en cuestión (que les recomiendo de nuevo), aunque en realidad no está orientado a lo que yo quiero aprender -cómics- sigo con él porque sí me está siendo utilísimo para ser capaz de controlar mi mente y meterme "en modo dibujante"; ya me queda poco y cuando lo termine seguramente empezaré de nuevo con otro más específico del que ya les hablé una vez, en este caso creo que estoy mejor preparado y quizá (ojalá) tenga más éxito... Y si no probaré otra vía para lograr mis objetivos, ¡aquí no se rinde nadie! Ahora estoy ocupado con otras cosas más urgentes y sobre esto no tengo ninguna prisa; pero ¿quién sabe si un día podré compartir con ustedes mi primera obra?