Un buen consejo (doble) para empezar a hacer deporte

Debe ser cierto el tópico ese de que la gente se pone a hacer deporte como propósito de año nuevo, y me imagino que (desgraciadamente) también será verdad que en febrero ya todo el mundo lo ha dejado. Lo digo porque en estos días ya van dos personas que me piden consejo para empezar con la actividad física... Después de haberles escrito aquellas entradas tan detalladas sobre "cómo hacer deporte y hacerlo bien" (una y dos) y por lo que algunos de ustedes me escribieron me di cuenta de que lo mejor no es machacarles con mucha información, sino dejarles claras un par de cosas básicas y si uno luego quiere seguir ya podrá profundizar lo que le parezca.

Y esto es lo que voy a hacer hoy. Partimos de la base de que están ustedes pensando en ponerse a hacer ejercicio, y que su objetivo es no dejarlo a las primeras de cambio: ¿cuál es el principal consejo que yo les puedo dar? ¿Qué es lo que más claro deberían tener?

Pues aquí va: ponerse una meta mínima de trabajo y agarrarse a ella como sea. Ojo, no digo "meta de objetivos" sino "meta de trabajo": es decir, al menos en esta fase inicial del deporte no tienen que tener en la cabeza "quiero llegar al verano así, o ponerme como mi estrella de cine favorita" sino "quiero hacer esto y esto cada semana". No se preocupen que si lo segundo lo consiguen lo primero llegará solo.

La principal razón por la que prácticamente todo el mundo que empieza a hacer deporte lo acaba dejando es porque se olvidan de lo fundamental: lo que hace que te mantengas no es el ejercicio, sino el hábito. El hábito hay que consolidarlo primero, es decir primero trabajamos la mente y, solo cuando hayamos incorporado esta nueva actividad a nuestra vida como quien se lava la cara por las mañanas y no podamos vivir sin ello, empezaremos a castigarnos para conseguir otras cosas. Olvídense de machacarse al principio o en febrero pagarán la cuota del gimnasio sin ir y en marzo ni siquiera la pagarán porque para qué... Como todo el mundo, vamos.

Les decía en el título que mi consejo es doble, y estas son sus dos partes:
1) Tiempo. Al menos durante el primer mes y mejor dos o tres para estar seguros, solo dos sesiones por semana y no más (ni menos). Aguántense las ganas y la euforia inicial, porque si se ponen a hacer algo que les robe mucho tiempo de sus otras actividades o les suponga una gran diferencia con su vida actual al final empezarán a saltarse algún día y ese será el principio del fin. Les recomiendo "cumplir" con sus dos sesioncitas a primeros de semana para quitárselo de encima cuanto antes, y además porque así si un día no pueden saben que aún les quedan días para hacerlas; por ejemplo, si tienen pensado lunes y miércoles pero llega el miércoles y no pueden sabrán que pueden fiijarse la fecha para el día siguiente o cualquiera de los otros antes del domingo.

¿Cuánto debe durar cada sesión? Yo diría que -siempre en esta fase inicial, los primeros meses- como máximo media hora, y en cualquier caso nunca pasar de una hora. Vamos, media hora dos veces a la semana sí es una meta realista y las excusas que se les ocurrirán para convencerse a sí mismos de que "esta semana mejor no, ya empezaré otra vez la próxima" serán más débiles. Objetivos mínimos pero indestructibles: eso es lo que buscamos.

2) Intensidad. Recuerden que de momento estamos trabajando la mente para crear un hábito lo más poderoso posible, así que no se machaquen y no avancen. Si se mantienen un par de meses con sus dos diítas a media hora cada uno ya verán que el cuerpo empezará a pedirles más; eso es que su aparato locomotor está ya preparado para subir un escalón, pero de nuevo aguántense las ganas hasta estar absolutamente seguros de que cuando empiecen a sufrir la mente será una aliada que les ayudará y no un lastre al que tengan que convencer cada vez para ponerse a sudar.
¿Y cómo sabemos que ya ha llegado el momento de empezar a hacer deporte de verdad? Pues cuando por nada del mundo sean capaces de saltarse su rutina semanal. Eso suele llegar en el tercer o cuarto mes, y lo sabrán porque 1) durante el último mes no han fallado ni un día, y 2) llevan ya al menos ese último mes acabando cada sesión con las ganas tremendas de que la fase inicial se acabe ya y empiecen a machacarse hasta sudar tinta. Insisto: no estoy hablando de que ya tengan esa sensación, sino de que al menos lleven 4 semanas con ella y les cuesta esperar.

Ok, hemos conseguido consolidar al 100% el hábito: llevan más de tres meses con el freno de mano puesto y están deseando como locos destrozarse el cuerpo; por cierto, en este momento ya la parte estética les da igual, lo que tienen entre ceja y ceja no es conseguir un cuerpo X sino mejorar sus marcas, levantar más peso, hacer más kilómetros o lo que sea. ¿Y ahora qué?

Mi recomendación absoluta: incrementar la intensidad pero no el tiempo que le dedican al deporte. ¿Por qué? Porque estoy harto de ver cómo la gente que empieza a hacer tres o cuatro días a la semana, o ya en lugar de media hora se pasan una o dos horas con las zapatillas puestas, al final se pone con otras cosas que le ocupan la agenda o ya ese tiempo extra empieza a interferir con sus otras actividades. Sin embargo, por muy ocupado que esté uno o por muchas obligaciones que tenga, dos medias horas a la semana se pueden sacar de donde sea.

Yo ahora mismo hago dos sesiones de pesas a la semana (una de 30 minutos en total, incluyendo 10 minutos de calentamiento inicial y otros 5 de estiramientos finales, y otra de 45) y ese es el mínimo que no me salto por absolutamente nada; además tengo un saco de boxeo al que me gusta pegarle todos los días si tengo un rato, pero me lo tomo como un extra y cuando no puedo o no tengo ganas me olvido de él y no pasa nada. Y eso que ya llevo 10 años con disciplina absoluta, pero no me paso de ahí porque sé que este es el ritmo que puedo mantener toda la vida... Mi objetivo no es estar perfecto hoy (39 años) y haberlo dejado a los 50, sino mantener un nivel bueno para siempre; una hora y cuarto en total a la semana sé que es algo que salvo catástrofe podré hacer pase lo que pase, y si por alguna razón llega un momento en mi vida en que no soy capaz de encontrar ni siquiera ese tiempo para mí será una buena señal de alarma de que hay algo que va mal y debo cambiar.

Estoy escribiéndoles todo esto sabiendo que casi nadie que me lea me hará caso, y que salvo alguna excepción todo el mundo tendrá que volver a hacerse el mismo propósito el año que viene para fracasar otra vez; en fin, aunque sea por esa excepción espero que mi experiencia como deportista pueda servir a alguien... De todas formas si quieren alguna ayuda más concreta contacten conmigo personalmente y haré lo posible para orientarles o derivarles a quien pueda hacerlo mejor que yo; sé lo ENORMEMENTE positivo que es incorporar el ejercicio a tu vida, cuánto llega a cambiar para bien, y ojalá que haya otros que compartan esta sensación...