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Muchas veces he oído a personas cercanas comentar que les sorprende cómo puedo comer tanto y no engordar. El ejercicio es una ayuda, claro, y aumentar el músculo aumenta también tu consumo calórico; pero como ya les he explicado alguna vez la clave de una figura estilizada es la alimentación. Y yo eso lo tengo bien claro e integrado en mi vida.
Cuando voy al supermercado me leo las etiquetas de absolutamente todo lo que compro, y solo compro lo que sea nutricionalmente mejor (ya sé en qué tiendas están los mejores alimentos y cuando me va quedando de paso voy a cada sitio a comprar cada cosa). Evito el azúcar (en sus múltiples nombres, como han visto en el vídeo) y también la sal, no tomo refrescos, zumos ni alcohol, y tampoco como fritos ni cosas que tengan salsa. A cambio de tener este cuidado puedo permitirme pasarme el día zampando: empiezo cada día con tres huevos duros completos (otro día les hablaré de por qué hago esto), 2-3 horas después un supertazón de cereales (sin azúcares añadidos) con cacao (sin azúcar), después del gym más cereales, potajes, pechuga de pollo, me gustan los pimientos rellenos de carne, ensaladas con pollo o atún, después del deporte a veces pizza (hecha en casa), mucho yogur y pescado azul sobre todo por las noches. Si un día me tengo que salir de la buena línea no pasa nada y tampoco me voy a volver loco, pero no me autoengaño y soy consciente de que las cosas siempre tienen consecuencias buenas o malas. El cuerpo no entiende las excusas.
(Tienen el vídeo y más información en Vitónica)
